Así es Digi Lab, un proyecto para reducir la brecha laboral a la que se enfrentan las personas con síndrome de Down

El acceso al empleo ordinario para las personas con síndrome de Down sigue siendo una asignatura pendiente. Según datos de la Asociación Europea del Síndrome de Down (EDSA), el 95% de las personas con síndrome de Down en la Unión Europea no trabaja. En España, apenas el 22 % accede a un empleo, y solo el 10 % de ellas lo hace en el mercado ordinario.

Para revertir esta situación, DOWN ESPAÑA, VASS UNIVERSITY y Fundación VASS han desarrollado durante un año el proyecto Digi Lab. Esta iniciativa innovadora ofrece formación en competencias digitales a través de talleres prácticos y experiencias inmersivas apoyadas en la inteligencia artificial, y está dirigida a personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales.

Con motivo del Día Mundial de la Usabilidad -fecha para concienciar sobre la importancia de diseñar productos y servicios accesibles para todos- DOWN ESPAÑA y Fundación VASS han celebrado este jueves una presentación para compartir los resultados de este proyecto.

Durante el evento, que ha tenido lugar en la asociación DOWN TOLEDO, varios alumnos del programa han recibido sus diplomas de formación en “Introducción a la Programación”. Además, Antonio Rueda, director de Fundación VASS; Agustín Matía, director de DOWN ESPAÑA; Trinidad Escobar, presidenta de DOWN TOLEDO y Arecia Rodríguez, preparadora laboral de DOWN TOLEDO, han explicado las claves de esta iniciativa formativa.

‘Digi Lab’, un proyecto innovador al servicio de la inclusión laboral

“Gracias a ‘Digi Lab’, demostramos que el mundo digital también es parte del mundo de las personas con síndrome de Down u otra discapacidad intelectual. 105 jóvenes de siete entidades de DOWN ESPAÑA de diferentes puntos del país han recibido una formación que les ayudará a acabar con algunas barreras de la inclusión laboral”, ha afirmado Agustín Matía.

Por su parte, Antonio Rueda, director de Fundación VASS —entidad premiada en la categoría “Diversidad e Inclusión Digital” en los Digital Skills Awards Spain 2025— ha destacado: “Digi Lab demuestra que la tecnología puede y debe ser una herramienta de igualdad. Ver cómo estos jóvenes aprenden a programar y ganan confianza en sus capacidades digitales es la mejor muestra de lo que significa construir un futuro más inclusivo. Desde Fundación VASS y VASS University trabajamos para que la digitalización sea realmente una oportunidad para todos, impulsando proyectos que encarnan nuestro propósito de llevar el talento digital para todos.”

Para Lucía Bravo, una de las alumnas de Digi Lab, “esta formación ha sido interesante”. “Seguro que me ayuda a encontrar trabajo”, ha añadido la joven durante su participación en el evento.

Además de la formación en competencias digitales, Digi Lab incluye la elaboración de planes individualizados de inserción laboral y la capacitación de profesionales de la Red Nacional de Empleo con Apoyo de DOWN ESPAÑA.  

Se trata de un proyecto que complementa otras iniciativas de DOWN ESPAÑA y Fundación VASS como ‘Paso Adelante’, una app para gafas de realidad virtual diseñada para ayudar a las personas con discapacidad intelectual a prepararse para las situaciones cotidianas del mundo laboral, que ha recibido el Premio Global Tech Awards 2025.

Ana B. Rodríguez: «El bullying no sobrevive donde hay adultos atentos, coherentes y comprometidos»

En el marco del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, que se celebra este jueves, entrevistamos a la asesora de Educación Inclusiva de DOWN ESPAÑA, Ana Belén Rodríguez Plaza, quien reclama una respuesta urgente y humana contra el bullying que involucre a todos los actores -familias, profesorado, directores de centros educativos y Ministerio de Educación-. Además, la experta desvela señales, estrategias y claves para construir escuelas en las que ningún niño tenga miedo.

¿Cuándo se considera que un alumno o alumna está sufriendo bullying o acoso escolar?

Se considera bullying cuando un niño o una niña sufre una forma de violencia continuada que le hace vivir con miedo, tristeza o vergüenza cada día al ir al colegio.

No se trata de un simple conflicto entre compañeros, sino de una situación en la que uno o varios niños hacen daño a otro que no puede defenderse por sí mismo, creando un desequilibrio de poder. A veces este maltrato es visible — con insultos, empujones o burlas—, pero muchas veces se esconde en gestos silenciosos: en risas a escondidas, susurros cuando la víctima pasa o en ese “no puedes jugar con nosotros” que se repite hasta romper la autoestima.

El bullying no ocurre una sola vez, sino que se repite día tras día, con intención de hacer daño.

-¿Cómo se puede detectar el acoso escolar cuando las señales no son muy evidentes?

Detectar el acoso cuando no se muestra a simple vista es como armar un rompecabezas: hay pequeñas piezas —comportamientos, gestos, frases— que por separado parecen normales, pero que, juntas, cuentan una historia de dolor y miedo. A menudo, el niño o la niña que sufre bullying no lo dice con palabras, pero su cuerpo, su actitud y sus hábitos lo gritan en silencio. Por eso, es tan importante aprender a leer esas señales que nos alertan de que algo no va bien.

Los primeros cambios suelen notarse en su estado de ánimo. Un niño que antes era alegre y hablador puede empezar a mostrarse callado, distraído o triste. A veces pone excusas diferentes para no ir al colegio. Puede volverse irritable o estar más sensible de lo normal. Le cuesta dormir, tiene pesadillas o pierde el interés por las cosas que antes le gustaban. Se aísla y deja de jugar con sus amigos de siempre. Estas actitudes son su forma de decir “algo me pasa”, aunque no se atreva todavía a contarlo.

También se reflejan cambios en su vida escolar. De repente, su rendimiento baja sin una razón clara. Participa menos en clase, se sienta cerca del profesor o busca excusas para no salir al patio. Algunos niños incluso temen los recreos o las excursiones, porque esos momentos sin vigilancia suelen ser cuando más sufren.

A veces los indicios se esconden en pequeños detalles. El niño llega a casa con la ropa rota o sucia, o pierde cosas con frecuencia: el estuche, los lápices, la merienda. Cuando se le pregunta, suele decir: “se me cayó” o “lo olvidé”, pero en realidad alguien se lo ha quitado o dañado.

Otra señal importante está en sus relaciones con los demás. Un niño que antes jugaba con todos puede empezar a quedarse solo o a decir frases que como: “Nadie quiere estar conmigo” o “Me dicen que no puedo jugar”. Cuando escuchamos esto, no debemos restarle importancia. Son alertas emocionales que muestran que algo ha cambiado en su entorno y que necesita ayuda.

¿Qué puede hacer una familia para ayudar a su hijo/a si sospecha o si tiene la certeza de que está sufriendo acoso?

Cuando una familia empieza a sospechar que su hijo o hija puede estar sufriendo acoso escolar, lo más importante es no mirar hacia otro lado. El primer paso siempre debe ser escuchar, acoger y creer. El niño que está siendo acosado necesita sentir que su casa es un refugio seguro, el único lugar donde puede hablar sin miedo a ser juzgado ni culpado.

Muchas veces, los niños callan porque temen preocupar a sus padres o porque piensan que nadie puede ayudarlos. Por eso, cuando dan señales, es vital acogerlas con calma y empatía. Podemos empezar con frases que inviten a hablar, como “Te noto un poco triste últimamente», «¿quieres contarme qué pasa?” o “Puedes contarme todo”

Lo más importante es acoger, apoyar y actuar. Primero, acoger significa escuchar con cariño, sin interrumpir ni minimizar lo que el niño cuenta. No debemos restar importancia ni culparle.

Después, apoyar implica transmitirle seguridad y confianza. Es importante reforzar su autoestima, recordarle sus cualidades y mostrarle que no está solo.

El siguiente paso es actuar. Una vez que la familia tiene información, debe comunicarlo al centro educativo lo antes posible. No se trata de ir a culpar, sino de pedir protección y acompañamiento. El colegio tiene la obligación de abrir el protocolo de acoso y garantizar la seguridad del alumno. Si la respuesta no es adecuada o el problema continúa, se puede acudir a Inspección Educativa, al Defensor del Menor o incluso presentar una denuncia, siempre guardando registros y pruebas de lo ocurrido.

También es recomendable buscar apoyo profesional si el niño presenta síntomas de ansiedad, tristeza profunda o miedo constante.

En resumen, lo más importante que puede hacer una familia es estar presente: escuchar, abrazar, proteger y actuar sin demora. El amor familiar no elimina el acoso por sí solo, pero es el primer escudo que evita que el miedo crezca.

-¿Qué factores suelen estar presentes en los centros educativos donde el bullying persiste durante años?

Cuando el acoso escolar se mantiene durante años en un centro educativo, no es solo porque haya alumnos que agreden, sino porque existen factores dentro del propio entorno escolar que lo permiten o incluso lo normalizan.

El bullying no sobrevive donde hay adultos atentos, coherentes y comprometidos; persiste allí donde hay silencio, negación o falta de acción.

Uno de los factores más frecuentes es la falta de detección temprana. Muchos casos comienzan con pequeñas burlas, comentarios o gestos de exclusión que no se toman en serio. Cuando no se interviene desde el principio, esas conductas crecen y se consolidan. Poco a poco, el grupo aprende que insultar o reírse de alguien no tiene consecuencias, y el silencio se convierte en cómplice.

Otro elemento clave es la ausencia de una respuesta clara y coordinada. En algunos centros, el profesorado no sabe cómo actuar o teme equivocarse. En otros, los equipos directivos restan importancia a las denuncias o prefieren evitar “conflictos de imagen” del colegio. Esa falta de implicación deja a las víctimas en una situación de desamparo y refuerza el poder del agresor, que siente que puede continuar sin consecuencias.

También influye la falta de formación en convivencia y gestión emocional. Muchos docentes no han recibido herramientas para detectar señales tempranas o manejar conflictos entre iguales, y, en consecuencia, el acoso se interpreta como un problema de disciplina o como una disputa menor. Sin embargo, el bullying es un fenómeno complejo que requiere un enfoque educativo, psicológico y social.

El clima del centro también juega un papel determinante. En las escuelas donde se toleran las burlas, los apodos ofensivos o las bromas humillantes, se crea un ambiente en el que el respeto pierde valor.

Por último, otro factor que mantiene el acoso en el tiempo es la falta de participación real de la comunidad educativa. El bullying no puede combatirse solo desde la dirección o el aula; requiere el compromiso conjunto de profesorado, familias y alumnado.

En definitiva, el acoso escolar persiste en aquellos lugares donde la indiferencia pesa más que la empatía. Combatirlo exige una cultura escolar que diga con hechos —y no solo con palabras— que el respeto y la dignidad de cada alumno son una prioridad.

-¿Qué papel juegan el profesorado y el equipo directivo en la prevención del bullying? ¿Y cómo se puede mejorar esa implicación?

Tienen un papel fundamental porque son quienes marcan el clima emocional del centro y las normas no escritas de convivencia. Los alumnos aprenden tanto de lo que los adultos enseñan como de lo que observan en su forma de actuar. Cuando los docentes muestran coherencia, empatía y firmeza, transmiten un mensaje claro: en esta escuela, nadie tiene derecho a hacer daño a otro.

El profesorado es la primera línea de detección. Por eso, tiene la oportunidad —y la responsabilidad— de identificar los cambios de comportamiento, los silencios o las actitudes que pueden indicar que un niño está sufriendo. Un profesor atento puede ser la diferencia entre un caso que se detiene a tiempo y otro que se prolonga durante años.

El equipo directivo, por su parte, tiene la obligación de garantizar que el centro sea un entorno seguro y de actuar con rapidez cuando hay sospecha o confirmación de acoso. Su papel no debe limitarse a aplicar sanciones, sino a liderar una cultura de convivencia basada en la empatía y el respeto. La dirección marca el tono del colegio: si minimiza los conflictos o busca proteger la imagen del centro en lugar de a las víctimas, el problema se enquista; pero si apuesta por la transparencia, la escucha activa y la acción preventiva, el mensaje que llega al alumnado es poderoso: aquí, nadie está solo y todos somos responsables de cuidarnos.

Para mejorar la implicación del profesorado y del equipo directivo es esencial ofrecer formación específica y continua en detección, intervención y acompañamiento emocional. El acoso escolar no se resuelve solo con normas, sino con una mirada sensible capaz de entender el daño que el silencio o la pasividad pueden causar. También es importante crear equipos de convivencia reales y activos, donde docentes, alumnado y familias trabajen juntos en la construcción de relaciones sanas.

-¿Crees que las campañas de sensibilización en los centros están funcionando?

Las campañas de sensibilización en los centros educativos son una herramienta muy valiosa, pero su eficacia depende en gran medida de cómo se aplican y cuánto perduran en el tiempo.

Actividades del “Día contra el bullying” o las convivencias son gestos importantes, pero la verdadera prevención no se logra con un cartel o una charla puntual. Se consigue cuando la sensibilización forma parte de la cultura del centro, cuando la empatía y el respeto se trabajan de forma transversal en todas las materias, y cuando los adultos actúan con el mismo compromiso durante todo el curso.

Las campañas que realmente funcionan son aquellas que involucran a toda la comunidad educativa: alumnos, docentes, familias y personal no docente.

Por otro lado, es fundamental que las campañas no se queden solo en la sensibilización emocional (“no al bullying”), sino que también enseñen habilidades concretas: cómo pedir ayuda, cómo actuar si se presencia una agresión, cómo reparar el daño o acompañar a una víctima.

En conclusión, la escuela entera debe convertirse en la mejor campaña posible: una comunidad que enseña con el ejemplo que todos merecemos ser tratados con dignidad y cariño.

-Cuando el acoso se dirige a alumnos con discapacidad intelectual, ¿hay herramientas o protocolos específicos que deben activarse?

Cuando el acoso escolar se dirige a alumnos con discapacidad intelectual, la situación requiere una atención inmediata, sensible y especializada. El alumnado con discapacidad intelectual puede tener más dificultades para expresar lo que sienten o para reconocer que están siendo víctimas de un maltrato. Por eso, el colegio tiene la responsabilidad de detectar cualquier señal a tiempo y activar los protocolos de protección sin demora.

Sí, existen herramientas y protocolos específicos. En todos los centros educativos deben aplicarse los protocolos de acoso escolar generales, pero cuando la víctima tiene una discapacidad, deben complementarse con medidas de apoyo individualizadas, ajustadas a sus necesidades cognitivas, comunicativas y emocionales. No basta con seguir los pasos habituales; es necesario hacerlo de una forma más cercana, comprensible y acompañada.

El primer paso es garantizar la seguridad inmediata del alumno y su bienestar emocional. A partir de ahí, se debe informar a las familias y poner en marcha el protocolo de actuación contra el acoso, asegurando que intervengan todos los profesionales necesarios: tutores, equipo directivo, orientador y, cuando sea posible, personal de apoyo como el especialista en Pedagogía Terapéutica o Audición y Lenguaje.

Es fundamental escuchar al alumno desde su nivel de comprensión, utilizando un lenguaje claro, apoyos visuales o pictogramas si son necesarios. A veces, los niños y niñas con discapacidad intelectual no pueden explicar lo que ha pasado, pero su conducta lo dice todo: cambios de humor, rechazo a ir al colegio, nerviosismo o retraimiento son señales que deben tomarse muy en serio.

Además, deben activarse medidas educativas y sociales para frenar el acoso y reparar el daño. Esto incluye trabajar con el grupo-clase la empatía, la diversidad y la convivencia positiva, sin señalar ni estigmatizar a la víctima.

Todos los centros deben contar con planes de convivencia inclusivos, donde los alumnos con discapacidad  se sientan parte del grupo, con amigos, apoyos y adultos de referencia que les hagan saber que están protegidos.

En definitiva, cuando el acoso afecta a un alumno con discapacidad intelectual, no basta con aplicar el protocolo: hay que humanizarlo.

– ¿Qué recomendaciones darías a las familias de escolares, especialmente de niños y niñas con síndrome de Down, para reforzar su autoestima y habilidades sociales frente al acoso?

Las familias tienen un papel esencial en la protección emocional de sus hijos, especialmente cuando se trata de niños y niñas con síndrome de Down o con otras discapacidades intelectuales. Su seguridad frente al acoso comienza en casa, con la autoestima, el amor propio y la confianza que construyen día a día con sus padres. Un niño que se sabe querido, capaz y valorado tiene más fuerza para pedir ayuda, para poner límites y para no creer las palabras crueles de los demás.

La primera recomendación es reforzar su autoestima todos los días. Esto no significa decirle solo cosas bonitas, sino ayudarle a reconocer lo que hace bien, celebrar sus logros, por pequeños que sean, y enseñarle a sentirse orgulloso de sus esfuerzos.

También es fundamental enseñarles a expresar lo que sienten y piensan. Los niños con síndrome de Down pueden tener más dificultad para poner palabras a sus emociones, por eso es importante practicarlo en casa. Preguntar “¿cómo te sientes?”, “¿qué te hizo feliz hoy?” o “¿algo te molestó en el cole?” les enseña que hablar de lo que sienten es algo natural y que siempre serán escuchados.

Otra herramienta valiosa es trabajar sus habilidades sociales de forma positiva. Jugar con otros niños, participar en actividades grupales, aprender a compartir, pedir ayuda o resolver pequeños conflictos son aprendizajes que los preparan para desenvolverse mejor en su entorno. Los juegos cooperativos, el teatro, los deportes en equipo o las actividades de ocio inclusivo son excelentes espacios para practicar la empatía y la comunicación.

Las familias también deben enseñarles que nadie tiene derecho a hacerles daño ni a tratarles mal, y que pedir ayuda no es ser débil, sino valiente. Es clave que sepan identificar cuándo algo no está bien —por ejemplo, si alguien se burla, empuja o excluye— y a quién pueden acudir: un maestro, un compañero de confianza o, por supuesto, su familia.

Por otro lado, los padres deben mantener una comunicación constante con el colegio. Conocer al tutor, compartir observaciones, informar de cualquier cambio de conducta y participar en las actividades del centro ayuda a crear una red de protección alrededor del niño. La escuela y la familia deben ser un equipo unido.

Finalmente, es importante recordar que los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Cuando una familia predica el respeto, la empatía y la serenidad, el niño aprende a tratarse con ese mismo cariño. Dar ejemplo de cómo afrontar los conflictos, cómo perdonar y cómo pedir ayuda también es enseñar a vivir sin miedo.

– ¿Has visto funcionar alguna estrategia contra el acoso en centros escolares?, ¿en qué se basan?

Sí, hay estrategias que realmente funcionan para frenar el acoso escolar, y todas tienen algo en común: se centran en la empatía, la participación de toda la comunidad educativa y la acción rápida y coherente ante el primer signo de maltrato

Una de las estrategias más eficaces que he visto en los centros es la creación de equipos de convivencia o “alumnos ayudantes”. Se trata de formar a niños y niñas del propio colegio para que actúen como observadores activos, compañeros protectores y mediadores en los recreos o pasillos. Estos alumnos no sustituyen al profesorado, pero se convierten en ojos y oídos atentos que detectan cambios, acompañan a quienes se sienten solos y promueven el respeto entre iguales.

Otra estrategia muy efectiva es el trabajo constante en educación emocional y resolución pacífica de conflictos. Los centros que dedican tiempo cada semana a hablar sobre emociones, empatía, respeto y comunicación asertiva logran reducir los casos de acoso de forma notable. Cuando los niños aprenden a reconocer cómo se sienten y cómo se sienten los demás, es mucho más difícil que hagan daño sin ser conscientes de ello.

También funcionan las estrategias que involucran a las familias. El acoso no se resuelve solo en el aula; requiere la colaboración de los padres. Los colegios que mantienen una comunicación abierta ofrecen talleres y enseñan a las familias cómo detectar señales o cómo apoyar a sus hijos, consiguen un entorno mucho más protector.

He visto, además, buenos resultados en los centros que aplican protocolos de actuación rápidos y transparentes. Cuando los alumnos saben que si cuentan algo se actuará con seriedad, pierden el miedo a hablar. La clave está en la confianza: que la víctima se sienta escuchada y que el agresor entienda las consecuencias de sus actos, pero también reciba apoyo educativo para cambiar su comportamiento.

Otro tipo de intervención que está dando resultados son los programas de “círculos de apoyo”, donde un grupo de compañeros se compromete a acompañar a la víctima, ayudarla a integrarse y garantizar que no vuelva a sentirse sola. Estos círculos se basan en la empatía, la escucha y la responsabilidad compartida, y fortalecen el sentido de comunidad dentro de la escuela.

-¿Crees que el Ministerio de Educación debería realizar más acciones para acabar con el bullyíng?, ¿Cuáles?

Sí, el Ministerio de Educación debería realizar más acciones para acabar con el bullying, porque, aunque existen protocolos y campañas, la realidad demuestra que todavía no son suficientes. Cada caso de acoso que se repite, cada familia que se siente sola y cada niño que tiene miedo de ir al colegio son señales claras de que algo en el sistema no está funcionando como debería.

La lucha contra el acoso escolar no puede depender únicamente de la buena voluntad de algunos centros o docentes comprometidos; debe ser una prioridad nacional, con una estrategia firme, coherente y permanente. Para lograrlo, es necesario actuar en varios niveles.

En primer lugar, el Ministerio debería garantizar una formación obligatoria y continua para todo el profesorado —incluidos directores y equipos de orientación— sobre detección temprana, intervención, acompañamiento emocional y gestión de la convivencia.

También es urgente unificar los protocolos de actuación en todo el país. Actualmente, cada comunidad autónoma aplica sus propias normas, lo que genera confusión y desigualdad. Un protocolo nacional, claro y obligatorio, con seguimiento externo, evitaría que los casos se pierdan entre papeles o se silencien por miedo a dañar la imagen del centro.

El Ministerio debería además crear una red estatal de apoyo psicológico gratuito y especializado para víctimas de acoso y sus familias. Muchos niños y adolescentes sufren secuelas emocionales graves, y no todas las familias pueden costear ayuda privada.

Otra medida clave sería invertir en campañas educativas sostenidas, no solo en fechas puntuales. Estas campañas deberían implicar también a los medios de comunicación y a las redes sociales. El bullying no se combate solo en las aulas, sino también en los entornos digitales y en la cultura social que normaliza la burla y el desprecio.

Finalmente, es fundamental incorporar la educación emocional y la convivencia positiva en el currículo escolar como un eje central, no como un tema secundario.

Acabar con el bullying no es solo una cuestión educativa, es una cuestión de derechos humanos, y requiere una respuesta firme, coordinada y humana desde todos los niveles del Estado.

– ¿La sociedad general puede jugar algún papel en la prevención del acoso escolar?

El acoso escolar no es un problema de unos pocos, sino una responsabilidad de todos. No se trata solo de mirar al agresor o a la víctima, sino de mirarnos como sociedad, de preguntarnos qué estamos enseñando con nuestras palabras, con nuestros silencios y con nuestros ejemplos.

Cada gesto cuenta. Cuando un adulto escucha sin juzgar, cuando un profesor interviene con empatía, cuando un compañero se atreve a decir “basta”, estamos cambiando una historia que podría haber terminado en dolor. Nadie puede hacerlo todo, pero todos podemos hacer algo: actuar y acompañar.

Por eso, más allá de leyes o protocolos, necesitamos una educación que ponga el foco en las emociones, en la empatía y en la dignidad humana. Porque prevenir el acoso no consiste únicamente en castigar el daño, sino en enseñar a no causarlo, en cultivar el respeto desde los primeros años de vida. Ojalá llegue el día en que ningún niño ni niña tenga miedo de ir al colegio.

Desde DOWN ESPAÑA, apoyamos las sugerencias y reivindicaciones de nuestra experta y recomendamos la «Guía contra el Acoso Escolar«, dirigida a familias y elaborada con la colaboración de Asociación No al Acoso Escolar (NACE). En esta publicación, destacamos que «afortunadamente, no parece que haya una gran incidencia de acoso escolar al alumnado con síndrome de Down, tras los estudios realizados por NACE y DOWN ESPAÑA. Accede a la guía sobre el Acoso Escolar click aquí.

El fútbol español da un paso clave hacia el arbitraje inclusivo con el proyecto “Be My Referee”

La Ciudad del Fútbol de Las Rozas acogió ayer la primera jornada de trabajo de “Be My Referee”, una iniciativa pionera que abre una nueva vía hacia la inclusión en el deporte para que personas con discapacidad intelectual puedan formarse y ejercer como árbitros en un entorno accesible y seguro.

A través de esta primera sesión de trabajo, las principales entidades del fútbol nacional, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), LALIGA, LALIGA F y el Comité Técnico de Árbitros se unieron al proyecto «Be My Referee», diseñado por DOWN ESPAÑA junto a AGF Genuine Experiences y la Fundación Mi Alex con el objetivo de construir un modelo de arbitraje inclusivo, sostenible y replicable.

Durante la jornada, se constituyeron diversos grupos de trabajo encargados de definir herramientas concretas que impulsen esta figura de árbitro inclusivo.

Para José Gutiérrez, director de Programas de DOWN ESPAÑA, «Be My Referee no solo abre una puerta en la inclusión en el arbitraje, sino que rompe estereotipos dentro del mundo del fútbol y demuestra que la inclusión es posible, especialmente cuando las instituciones se comprometen de forma real como en este caso”.

En DOWN ESPAÑA celebramos que el fútbol español se sume a este proyecto inclusivo que, en su primer torneo ‘Be My RefereChampionship’ contó con la participación de grandes clubes como Real Madrid, Nàstic de Tarragona, Fundació Barça, SD Huesca, Atlètic Lleida y FC Internazionale Milano.

Dra. Carmona: “La enfermedad de Alzheimer está infradiagnosticada y sobretratada con medicamentos sedantes»

Según los últimos estudios científicos, las personas con síndrome de Down desarrollarán la enfermedad de Alzheimer (EA) a partir de los 45 años, lo que convierte a esta enfermedad en el principal problema médico del colectivo y en la principal causa de fallecimiento

En este contexto, ayer celebramos de manera conjunta entre DOWN ESPAÑA y la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) un webinario sobre síndrome de Down y la enfermedad de Alzheimer con las neurólogas de la Unidad de Memoria del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, María Carmona y Lucía Pertierra. 

En esta sesión, las especialistas explicaron los desafíos que plantea el Alzheimer a las personas con síndrome de Down y a sus familias, así como los últimos avances en su prevención y tratamiento.

Para iniciar el webinario, la Dra. María Carmona, investigadora de la Unidad de Memoria, explicó por qué las personas con síndrome de Down están predispuestas genéticamente a desarrollar la EA y la situación actual en relación al diagnóstico y atención de los pacientes.

“Muchos médicos no se sienten capaces de abordar esta situación por diversos factores. Además, el diagnóstico de Alzheimer en pacientes con síndrome de Down no es fácil. Hay un gran déficit de instrumentos de diagnóstico y muchos síntomas relacionados que pueden provenir de otras condiciones médicas que interfieren o coexisten en las personas del colectivo”, señaló Carmona.

Además, según recalcó la experta, “la EA está siendo infradiagnosticada (no se diagnostica a todos los pacientes que la padecen), infratratada (los tratamientos no suelen ser eficaces) y, con alta probabilidad, se están usando medicamentos con perfil sedante con alto riesgo de efectos secundarios que no se revisan como se debería, interfiriendo de forma muy negativa en los pacientes”.

Por otro lado, Carmona dedicó un espacio a comentar cuáles son los biomarcadores de la EA, a las causas que contribuyen al deterioro cognitivo de las personas con síndrome de Down y a los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que existen hoy en día para el Alzheimer.

Para finalizar su exposición, Carmona quiso lanzar un mensaje a las familias, asociaciones y profesionales sanitarios: “No hay que esperar a que aparezcan los primeros síntomas. Hay que realizar revisiones y valoraciones a partir de los 35 años”.

“Quiero lanzar también un mensaje de esperanza porque en los últimos años se está revolucionando el conocimiento de la EA en personas con síndrome de Down, está habiendo muchos consorcios para investigar y la ayuda de las agencias financiadoras se está incrementando. Está habiendo avances muy importantes. Ahora necesitamos que todo el mundo se una para que podamos encontrar la mejor vía de trabajo y seguir peleando”, concluyó.

Por su parte, la Dra. Pertierra, dedicó su ponencia a las “oportunidades y avances en investigación” y comenzó exponiendo la evolución sobre los conocimientos del síndrome de Down desde su descubrimiento hasta los últimos hallazgos (relacionados con el Alzheimer).

Además, Pertierra comentó algunas de las investigaciones en curso y cuáles son las metodologías con las que se trabaja. En concreto, explicó a fondo los dos estudios que se centran en modificadores de la enfermedad. “Son los que más nos interesan porque son los que atacan a la proteína amiloide (causante del Alzheimer). Son el estudio ABATE y el estudio ALADDIN”.

Para finalizar, la doctora quiso lanzar un mensaje positivo: “Necesitamos hablar más del Alzheimer, aunque sea desalentador a veces, porque es la única forma de romper con el estigma que rodea a la enfermedad, lograr un diagnóstico más preciso y desarrollar tratamientos efectivos”.

Antes de concluir la sesión, las especialistas respondieron las preguntas que enviaron los asistentes al webinario.

Webinario “Síndrome de Down y Alzheimer”

Mª Antonia Juan: “La educación emocional debe estar presente a lo largo de toda la vida”

«En los últimos años, la educación emocional ha cobrado mucha relevancia porque nos hemos comenzado a dar cuenta de que no solamente las capacidades cognitivas son importantes, sino que también las emociones nos facilitan los procesos de aprendizaje y de relación con los demás y eso da lugar a evitar problemas de salud mental y conseguir un bienestar general», explica María Antonia Juan, coordinadora del programa Emociones Down y gerente de Down Valladolid, en una entrevista sobre la importancia de la educación emocional para las personas con síndrome de Down.

Según detalla Juan, “la educación emocional es aprender a vivir con las emociones propias y ajenas para conseguir una vida más saludable”. “Facilita la creación de la identidad y las relaciones con los demás”, añade la experta, “especialmente, en personas con síndrome de Down para quienes el control de la ansiedad, la autorregulación y la gestión de la frustración son clave”.

Por eso, desde DOWN ESPAÑA, consideramos que la formación en gestión emocional es esencial desde la infancia, donde se pueden empezar a trabajar “las habilidades para el reconocimiento de las emociones, la capacidad para relacionarse con los demás y, sobre todo, el autocontrol”, tal y como señala la experta.

“Podemos trabajar la educación emocional a través de talleres muy prácticos y personalizados, con una metodología flexible  porque es tan importante saber leer como saber identificar lo que uno siente”, concluye Juan para animar a las familias y profesionales a implicarse y priorizar la salud emocional en todos los entornos.

Entrevista completa aquí:

Lanzamos «DOWN ESPAÑA al día», un nuevo canal de información sobre síndrome de Down

En DOWN ESPAÑA, consideramos fundamental que las familias de personas con síndrome de Down y los profesionales que trabajan con ellas conozcan toda la información relevante sobre el síndrome de Down, especialmente, la de mayor actualidad.

Por esta razón, y teniendo en cuenta que no todo el mundo utiliza redes sociales como Facebook, Instagram o X, hemos lanzado un nuevo canal de WhatsApp y otro de Telegram en los que compartiremos: información actualizada sobre diferentes temas (salud, derechos, educación…), novedades legislativas que puedan afectar a las personas de nuestro colectivo, servicios, cursos o materiales gratuitos y promociones solidarias y actividades en toda España.

Este canal está abierto a todas las familias y personas interesadas en esta información, pertenezcan o no a una asociación federada a DOWN ESPAÑA, pero no se trata de un grupo de chat: nadie podrá ver datos personales de los usuarios del canal ni enviar mensajes. Solo enviaremos información desde DOWN ESPAÑA.

Puedes unirte haciendo clic aquí:
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Recomendaciones de vacunación contra la gripe estacional y COVID-19 para personas con síndrome de Down

Con la llegada de la temporada de otoño e invierno es fundamental reforzar el sistema inmunológico de las personas que forman parte de los grupos de riesgo, como es el caso de las personas con síndrome de Down. Debido a que su sistema inmunológico puede ser más vulnerable, tienen un mayor riesgo de complicaciones si se infectan con la gripe o con otras enfermedades respiratorias.

Vacunación contra la GRIPE

Desde DOWN ESPAÑA, junto con el Comité Médico Asesor y en línea con las recomendaciones oficiales de la Comisión de Salud Pública, recomendamos la vacunación anual contra la gripe estacional para todas las personas con síndrome de Down mayores de 6 meses. Esta vacuna es especialmente importante para reducir el riesgo de complicaciones graves en caso de contagio y minimizar los posibles efectos a largo plazo.

Cabe destacar que para la población entre 2 y 7 años la vacuna es mediante insuflación intranasal, no es inyectada.

Vacunación contra el COVID-19

Este año, el Ministerio de Sanidad ha separado las pautas de vacunación de la gripe y del COVID-19. La vacunación frente al COVID-19 sigue siendo importante y se administra según la situación epidemiológica y los grupos de riesgo. Es crucial que cada persona consulte con su médico de referencia, ya que la recomendación puede variar según la situación y las características de cada persona.

No obstante, la recomendación general para personas con síndrome de Down es vacunar a todos los mayores de 12 años.

Vacunación simultánea

Las vacunas contra la gripe y el COVID-19 se pueden administrar de manera simultánea, salvo que el médico indique lo contrario.

Virus Respiratorio Sincitial (VRS)

El Virus Respiratorio Sincitial, causante de la bronquiolitis, es otro riesgo significativo para las personas con síndrome de Down menores de 24 meses, especialmente en los meses de frío, y responsable de gran parte de los ingresos hospitalarios graves.

Ahora se va a incluir ya de manera rutinaria en las campañas de vacunación, a los recién nacidos, y menores de 2 años pertenecientes a grupos de riesgo como es el síndrome de Down. Por eso es importante que las familias consulten con su pediatra.

No es tal vacuna sino que es otro tipo de inmunización, pasiva, mediante anticuerpos monoclonales (Nirsevimab).

Sí que existe una vacuna frente al VRS, no indicada en niños, y que se recomienda para mayores de 60 años que viven en centros residenciales.

Recomendaciones para el entorno cercano

Es importante vacunar a las personas con síndrome de Down, pero también a su entorno cercano. Se recomienda que familiares, convivientes, amigos y profesionales de la salud también se vacunen, especialmente aquellas personas de edad avanzada o con otros factores de riesgo.

La campaña de vacunación suele comenzar entre finales de septiembre y octubre, aunque las fechas exactas pueden variar dependiendo de la Comunidad Autónoma. Dado que cada Comunidad tiene su propio calendario de vacunación, es importante consultar con el médico de referencia para estar al tanto de las fechas y las pautas específicas.

Por último, les recordamos presar atención a los calendarios autonómicos, ya que pueden haber actualizaciones o cambios en las recomendaciones para otras vacunas importantes, como las de neumococo o rotavirus.

Para más información, pueden consultar el documento oficial de vacunación: Recomendaciones de Vacunación 2025-2026.

DOWN ESPAÑA y Sanitas presentan el nuevo seguro de salud para personas con discapacidad y sus familias

El pasado miércoles, celebramos junto a Sanitas, una sesión online para explicar el nuevo seguro de salud ‘Sanitas inclusivo’, un producto diseñado para cubrir las necesidades básicas de bienestar de las personas con cualquier tipo de discapacidad.

Para presentarlo contamos con la participación de Agustín Matía, director gerente de DOWN ESPAÑA, Carmen Quiroga, jefa de ventas de Sanitas y Manuel París y Javier Martín, asesores de DOWN ESPAÑA y responsables en Ubica Seguros.

Matía comenzó la sesión agradeciendo su compromiso a Sanitas, “por tantos años colaborando en innumerables proyectos para mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down”. “Hoy estamos aquí para presentar su nuevo producto a las familias de las personas de nuestro colectivo, pues nos parece excelente”, añadió.

Por su parte, Quiroga asumió la presentación de ‘Sanitas inclusivo’ para indicar sus condiciones, cobertura y beneficios: “Este producto, que ya lleva funcionando unos meses, es muy completo y está destinado a cubrir las necesidades del día a día de las personas con discapacidad y también de sus familiares, ya que la póliza ofrece cobertura a la familia completa. Se trata de un seguro sin límite de edad ni periodo de carencia, que cubre necesidades de medicina primaria con todas sus especialidades, seguro dental, oftalmológico, sesiones de psicología, pruebas diagnósticas simples y algunas pruebas complejas sin hospitalización ni intervenciones quirúrgicas”.

Uno de los puntos clave de ‘Sanitas inclusivo’ es la digitalización de gran parte de los servicios, que hace que el producto sea muy accesible. Además, cuenta con una amplia oferta de prestaciones a domicilio muy interesantes. “Se trata de un producto de acompañamiento. De hecho, incluye la posibilidad de contar con auxiliares a domicilio tras hospitalización o acompañamiento a citas médicas”, indica Matía.  

Para Martín “se trata de un producto magnífico que va a cubrir el 85% de las necesidades sanitarias de una persona con una prima realmente competitiva, pues son solo 35-40 euros al mes por una amplia cobertura complementaria a la sanidad pública”.

Desde DOWN ESPAÑA y Ubica Seguros ofrecemos ampliación de información a las personas interesadas en ‘Sanitas Inclusivo’ a través de correo electrónico: downespana@sindromedown.org o salud@sindromedown.org.

Vídeo completo de la presentación:

Una buena alimentación mejora la salud y el rendimiento cognitivo en personas con síndrome de Down

Hoy 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación Saludable, recordamos la importancia de una dieta rica en proteínas de calidad, verduras, cereales integrales y grasas saludables. No sólo para prevenir la obesidad en personas con síndrome de Down, para la que son más propensas que el resto de la población, sino además para mejorar su capacidad cognitiva.

Así lo evidencia el estudio europeo GO-DS21, en el que participan el Hospital del Mar Research Institute y el Centro de Regulación Genómica (CRG). Las primeras conclusiones se presentaron el pasado 21 de marzo con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down.

GO-DS21 es una iniciativa de investigación internacional (programas científicos europeos HORIZONTE). Cuenta con la participación de doce centros de seis países europeos y analiza los factores genéticos, epigenéticos y ambientales que influyen en la salud de las personas con síndrome de Down, especialmente la relación entre obesidad y función cognitiva.

Entre sus principales conclusiones, se destaca que una alimentación rica en nutrientes de calidad se asocia a mejores puntuaciones en los test de coeficiente intelectual.

Además, se explicó que los hábitos alimentarios de las familias —especialmente de las madres— influyen directamente en la alimentación de las personas con síndrome de Down. Es algo muy relevante teniendo en cuenta que, según señaló en la presentación del estudio la experta Mara Dierssen, líder del Grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas en el CRG, “en el síndrome de Down encontramos una predisposición genética a la preferencia por los alimentos dulces o alimentos de alto contenido en grasa».

Por su parte, el Dr. Rafael de la Torre, también investigador del proyecto, destacó que: “los resultados del estudio ofrecen nuevas perspectivas sobre los factores complejos que contribuyen al sobrepeso y a la obesidad en individuos con síndrome de Down, indicando que una combinación de intervenciones dietéticas y de estilo de vida saludable puede resultar beneficiosa no solo para prevenir la obesidad sino también para mejorar su rendimiento cognitivo».

En próximas semanas esperamos realizar un Webinario con miembros del equipo investigador para poder profundizar y explicar en detalle estas conclusiones.

Para más información sobre salud y alimentación en personas con síndrome de Down, puedes consultar estos recursos de DOWN ESPAÑA:

Miranza y Down España se unen para mejorar la salud visual de las personas con síndrome de Down

El 75 % de las personas con síndrome de Down presenta problemas visuales. Los más comunes son los derivados de defectos refractivos —como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo—, además del estrabismo y las cataratas.

Sin un seguimiento oftalmológico adecuado, estas afecciones pueden perjudicar de forma significativa al desarrollo cognitivo, la comunicación y la autonomía personal. Hay que saber que las patologías oculares suelen evolucionar más rápido en las personas con síndrome de Down. Por ello, resulta fundamental contar con protocolos de detección precoz y con profesionales capacitados para ofrecer una atención adaptada a sus necesidades específicas.

Con el objetivo de mejorar la salud ocular que de las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales, en DOWN ESPAÑA hemos firmado un acuerdo con Miranza, el grupo oftalmológico líder en nuestro país.

Esta colaboración contempla una sesión formativa para familiares de pacientes con síndrome de Down en la que se abordarán las principales patologías oculares y su posible tratamiento. Además, todos los usuarios de alguna de nuestras entidades federadas tendrán un descuento del 20% en las clínicas del grupo Miranza (basta con solicitar cita en la página Web del Grupo y mencionarlo). También contarán con la posibilidad de hacer consultas y recibir orientación sobre temas relacionados con la salud ocular. Para ello, las familias pueden escribirnos un correo con su consulta a downespana@sindromedown.org, y les pondremos en contacto con expertos oftalmólogos de Miranza.

Agustín Matía, director gerente de DOWN ESPAÑA, señala la importancia de este convenio para la mejora de la calidad de vida de las personas con síndrome de Down: “La salud visual es un aspecto fundamental del bienestar general y de la funcionalidad de vida. Este acuerdo con el grupo Miranza, a quienes agradecemos su compromiso, nos permitirá mejorar y mantener la salud ocular de las personas de nuestro colectivo».

Por su parte, Ramón Berra, director general de Miranza, explica: «poder poner al servicio de este colectivo nuestro conocimiento médico, nuestra red de clínicas especializadas y el trabajo conjunto con una entidad de referencia, nos permitirá ofrecer una atención de mayor calidad, pero también impulsar una transformación en la forma en que el sistema sanitario se relaciona con las personas con discapacidad intelectual”.

Para más información sobre la salud oftalmológica de las personas con síndrome de Down, recomendamos nuestro Programa Español de Salud de Personas con Síndrome de Down, disponible haciendo click aquí.

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