Mª Antonia Juan: “La educación emocional debe estar presente a lo largo de toda la vida”

«En los últimos años, la educación emocional ha cobrado mucha relevancia porque nos hemos comenzado a dar cuenta de que no solamente las capacidades cognitivas son importantes, sino que también las emociones nos facilitan los procesos de aprendizaje y de relación con los demás y eso da lugar a evitar problemas de salud mental y conseguir un bienestar general», explica María Antonia Juan, coordinadora del programa Emociones Down y gerente de Down Valladolid, en una entrevista sobre la importancia de la educación emocional para las personas con síndrome de Down.

Según detalla Juan, “la educación emocional es aprender a vivir con las emociones propias y ajenas para conseguir una vida más saludable”. “Facilita la creación de la identidad y las relaciones con los demás”, añade la experta, “especialmente, en personas con síndrome de Down para quienes el control de la ansiedad, la autorregulación y la gestión de la frustración son clave”.

Por eso, desde DOWN ESPAÑA, consideramos que la formación en gestión emocional es esencial desde la infancia, donde se pueden empezar a trabajar “las habilidades para el reconocimiento de las emociones, la capacidad para relacionarse con los demás y, sobre todo, el autocontrol”, tal y como señala la experta.

“Podemos trabajar la educación emocional a través de talleres muy prácticos y personalizados, con una metodología flexible  porque es tan importante saber leer como saber identificar lo que uno siente”, concluye Juan para animar a las familias y profesionales a implicarse y priorizar la salud emocional en todos los entornos.

Entrevista completa aquí:

Lanzamos «DOWN ESPAÑA al día», un nuevo canal de información sobre síndrome de Down

En DOWN ESPAÑA, consideramos fundamental que las familias de personas con síndrome de Down y los profesionales que trabajan con ellas conozcan toda la información relevante sobre el síndrome de Down, especialmente, la de mayor actualidad.

Por esta razón, y teniendo en cuenta que no todo el mundo utiliza redes sociales como Facebook, Instagram o X, hemos lanzado un nuevo canal de WhatsApp y otro de Telegram en los que compartiremos: información actualizada sobre diferentes temas (salud, derechos, educación…), novedades legislativas que puedan afectar a las personas de nuestro colectivo, servicios, cursos o materiales gratuitos y promociones solidarias y actividades en toda España.

Este canal está abierto a todas las familias y personas interesadas en esta información, pertenezcan o no a una asociación federada a DOWN ESPAÑA, pero no se trata de un grupo de chat: nadie podrá ver datos personales de los usuarios del canal ni enviar mensajes. Solo enviaremos información desde DOWN ESPAÑA.

Puedes unirte haciendo clic aquí:
🔹 Canal de WhatsApp “DOWN ESPAÑA al día”: https://whatsapp.com/channel/0029VbBx9tX5Ui2YHuOmON3X
🔹 Canal de Telegram: https://t.me/DOWNEsp
O utilizando estos códigos QR:  

Telegram:

Recomendaciones de vacunación contra la gripe estacional y COVID-19 para personas con síndrome de Down

Con la llegada de la temporada de otoño e invierno es fundamental reforzar el sistema inmunológico de las personas que forman parte de los grupos de riesgo, como es el caso de las personas con síndrome de Down. Debido a que su sistema inmunológico puede ser más vulnerable, tienen un mayor riesgo de complicaciones si se infectan con la gripe o con otras enfermedades respiratorias.

Vacunación contra la GRIPE

Desde DOWN ESPAÑA, junto con el Comité Médico Asesor y en línea con las recomendaciones oficiales de la Comisión de Salud Pública, recomendamos la vacunación anual contra la gripe estacional para todas las personas con síndrome de Down mayores de 6 meses. Esta vacuna es especialmente importante para reducir el riesgo de complicaciones graves en caso de contagio y minimizar los posibles efectos a largo plazo.

Cabe destacar que para la población entre 2 y 7 años la vacuna es mediante insuflación intranasal, no es inyectada.

Vacunación contra el COVID-19

Este año, el Ministerio de Sanidad ha separado las pautas de vacunación de la gripe y del COVID-19. La vacunación frente al COVID-19 sigue siendo importante y se administra según la situación epidemiológica y los grupos de riesgo. Es crucial que cada persona consulte con su médico de referencia, ya que la recomendación puede variar según la situación y las características de cada persona.

No obstante, la recomendación general para personas con síndrome de Down es vacunar a todos los mayores de 12 años.

Vacunación simultánea

Las vacunas contra la gripe y el COVID-19 se pueden administrar de manera simultánea, salvo que el médico indique lo contrario.

Virus Respiratorio Sincitial (VRS)

El Virus Respiratorio Sincitial, causante de la bronquiolitis, es otro riesgo significativo para las personas con síndrome de Down menores de 24 meses, especialmente en los meses de frío, y responsable de gran parte de los ingresos hospitalarios graves.

Ahora se va a incluir ya de manera rutinaria en las campañas de vacunación, a los recién nacidos, y menores de 2 años pertenecientes a grupos de riesgo como es el síndrome de Down. Por eso es importante que las familias consulten con su pediatra.

No es tal vacuna sino que es otro tipo de inmunización, pasiva, mediante anticuerpos monoclonales (Nirsevimab).

Sí que existe una vacuna frente al VRS, no indicada en niños, y que se recomienda para mayores de 60 años que viven en centros residenciales.

Recomendaciones para el entorno cercano

Es importante vacunar a las personas con síndrome de Down, pero también a su entorno cercano. Se recomienda que familiares, convivientes, amigos y profesionales de la salud también se vacunen, especialmente aquellas personas de edad avanzada o con otros factores de riesgo.

La campaña de vacunación suele comenzar entre finales de septiembre y octubre, aunque las fechas exactas pueden variar dependiendo de la Comunidad Autónoma. Dado que cada Comunidad tiene su propio calendario de vacunación, es importante consultar con el médico de referencia para estar al tanto de las fechas y las pautas específicas.

Por último, les recordamos presar atención a los calendarios autonómicos, ya que pueden haber actualizaciones o cambios en las recomendaciones para otras vacunas importantes, como las de neumococo o rotavirus.

Para más información, pueden consultar el documento oficial de vacunación: Recomendaciones de Vacunación 2025-2026.

Una buena alimentación mejora la salud y el rendimiento cognitivo en personas con síndrome de Down

Hoy 16 de octubre, Día Mundial de la Alimentación Saludable, recordamos la importancia de una dieta rica en proteínas de calidad, verduras, cereales integrales y grasas saludables. No sólo para prevenir la obesidad en personas con síndrome de Down, para la que son más propensas que el resto de la población, sino además para mejorar su capacidad cognitiva.

Así lo evidencia el estudio europeo GO-DS21, en el que participan el Hospital del Mar Research Institute y el Centro de Regulación Genómica (CRG). Las primeras conclusiones se presentaron el pasado 21 de marzo con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down.

GO-DS21 es una iniciativa de investigación internacional (programas científicos europeos HORIZONTE). Cuenta con la participación de doce centros de seis países europeos y analiza los factores genéticos, epigenéticos y ambientales que influyen en la salud de las personas con síndrome de Down, especialmente la relación entre obesidad y función cognitiva.

Entre sus principales conclusiones, se destaca que una alimentación rica en nutrientes de calidad se asocia a mejores puntuaciones en los test de coeficiente intelectual.

Además, se explicó que los hábitos alimentarios de las familias —especialmente de las madres— influyen directamente en la alimentación de las personas con síndrome de Down. Es algo muy relevante teniendo en cuenta que, según señaló en la presentación del estudio la experta Mara Dierssen, líder del Grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas en el CRG, “en el síndrome de Down encontramos una predisposición genética a la preferencia por los alimentos dulces o alimentos de alto contenido en grasa».

Por su parte, el Dr. Rafael de la Torre, también investigador del proyecto, destacó que: “los resultados del estudio ofrecen nuevas perspectivas sobre los factores complejos que contribuyen al sobrepeso y a la obesidad en individuos con síndrome de Down, indicando que una combinación de intervenciones dietéticas y de estilo de vida saludable puede resultar beneficiosa no solo para prevenir la obesidad sino también para mejorar su rendimiento cognitivo».

En próximas semanas esperamos realizar un Webinario con miembros del equipo investigador para poder profundizar y explicar en detalle estas conclusiones.

Para más información sobre salud y alimentación en personas con síndrome de Down, puedes consultar estos recursos de DOWN ESPAÑA:

Miranza y Down España se unen para mejorar la salud visual de las personas con síndrome de Down

El 75 % de las personas con síndrome de Down presenta problemas visuales. Los más comunes son los derivados de defectos refractivos —como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo—, además del estrabismo y las cataratas.

Sin un seguimiento oftalmológico adecuado, estas afecciones pueden perjudicar de forma significativa al desarrollo cognitivo, la comunicación y la autonomía personal. Hay que saber que las patologías oculares suelen evolucionar más rápido en las personas con síndrome de Down. Por ello, resulta fundamental contar con protocolos de detección precoz y con profesionales capacitados para ofrecer una atención adaptada a sus necesidades específicas.

Con el objetivo de mejorar la salud ocular que de las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales, en DOWN ESPAÑA hemos firmado un acuerdo con Miranza, el grupo oftalmológico líder en nuestro país.

Esta colaboración contempla una sesión formativa para familiares de pacientes con síndrome de Down en la que se abordarán las principales patologías oculares y su posible tratamiento. Además, todos los usuarios de alguna de nuestras entidades federadas tendrán un descuento del 20% en las clínicas del grupo Miranza (basta con solicitar cita en la página Web del Grupo y mencionarlo). También contarán con la posibilidad de hacer consultas y recibir orientación sobre temas relacionados con la salud ocular. Para ello, las familias pueden escribirnos un correo con su consulta a downespana@sindromedown.org, y les pondremos en contacto con expertos oftalmólogos de Miranza.

Agustín Matía, director gerente de DOWN ESPAÑA, señala la importancia de este convenio para la mejora de la calidad de vida de las personas con síndrome de Down: “La salud visual es un aspecto fundamental del bienestar general y de la funcionalidad de vida. Este acuerdo con el grupo Miranza, a quienes agradecemos su compromiso, nos permitirá mejorar y mantener la salud ocular de las personas de nuestro colectivo».

Por su parte, Ramón Berra, director general de Miranza, explica: «poder poner al servicio de este colectivo nuestro conocimiento médico, nuestra red de clínicas especializadas y el trabajo conjunto con una entidad de referencia, nos permitirá ofrecer una atención de mayor calidad, pero también impulsar una transformación en la forma en que el sistema sanitario se relaciona con las personas con discapacidad intelectual”.

Para más información sobre la salud oftalmológica de las personas con síndrome de Down, recomendamos nuestro Programa Español de Salud de Personas con Síndrome de Down, disponible haciendo click aquí.

Dra. Ortega: “La salud mental debe ser parte integral del seguimiento médico de las personas con síndrome de Down”

Afortunadamente, la salud mental ha cobrado relevancia en los últimos años y la sociedad empieza a prestar más atención a un aspecto clave del bienestar general.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, en DOWN ESPAÑA entrevistamos a la doctora María del Carmen Ortega, psiquiatra especializada en síndrome de Down y miembro del Comité Médico Asesor de DOWN ESPAÑA, para profundizar en el bienestar mental de las personas de nuestro colectivo, en las barreras que siguen existiendo en el ámbito clínico y social y en los avances necesarios para garantizar una atención verdaderamente inclusiva en este ámbito.

¿Cuáles son las afecciones de salud mental más frecuentes en personas con síndrome de Down y cómo suelen manifestarse?

Las patologías más comunes en este colectivo incluyen: los trastornos adaptativos secundarios a factores psicosociales adversos o cambios vitales, los trastornos de ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y las alteraciones del comportamiento.

Las tres primeras pueden manifestarse como miedos intensos, evitación de situaciones, síntomas físicos en forma de somatizaciones ansiosas, un estado de ánimo decaído, retraimiento social, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, cambios en el apetito o el sueño y una afectación o disminución del lenguaje verbal comunicativo.

¿Por qué considera que todavía existe cierta invisibilización sobre este tema?

La tendencia a silenciar el ámbito de la salud mental en personas con síndrome de Down se debe a múltiples factores.

En primer lugar, existe una falta de formación especializada entre los profesionales de la psiquiatría y de la psicología para atender adecuadamente a personas con discapacidad intelectual. Además, los estigmas sociales y culturales tienden a minimizar o malinterpretar los síntomas emocionales, atribuyéndolos erróneamente a la discapacidad en sí.

Las dificultades en la comunicación también impiden que las personas expresen lo que sienten, lo que complica el diagnóstico. Asimismo, la percepción, explícita o implícita, de que no resulta relevante intervenir ante una alteración mental en personas con discapacidad intelectual, bajo el supuesto de que su calidad de vida está irremediablemente limitada, contribuye a la desatención. Esta actitud puede llevar a una infravaloración de las posibilidades de mejora y bienestar, perpetuando la idea errónea de que cualquier intervención carece de sentido o impacto en su vida cotidiana.

¿Cuáles son los factores de riesgo más comunes que pueden desencadenar una afección de salud mental en una persona con síndrome de Down?

Son factores muy variados. Por un lado, destacan los cambios importantes en la vida, como los duelos, las mudanzas o la pérdida de rutinas, que pueden generar un gran impacto emocional. También es fundamental considerar problemas médicos no diagnosticados, como el dolor crónico, el hipotiroidismo o la apnea del sueño, que a menudo pasan desapercibidos y pueden manifestarse como alteraciones conductuales o emocionales.

 Además, los entornos poco estimulantes o incluso excluyentes, así como la falta de oportunidades para la autonomía y la participación social, incrementan el riesgo de desarrollar síntomas como estrés, ansiedad o depresión.

Todo esto se ve agravado si la persona no cuenta con un entorno de apoyo que facilite su crecimiento y la adaptación a los cambios o la resolución de dificultades.

Por eso, es esencial prestar atención tanto a los factores médicos como a los psicosociales y promover entornos que favorezcan el bienestar integral de las personas con síndrome de Down.

¿Qué señales de alarma deberían tener en cuenta las familias y profesionales para detectar a tiempo posibles patologías?

Las señales de alarma incluyen cambios repentinos en el comportamiento o el estado de ánimo, pérdida de habilidades previamente adquiridas, aislamiento social o disminución de la comunicación, alteraciones en el sueño, apetito o higiene personal, y aparición de conductas repetitivas. También se debe prestar atención a la disminución del interés por actividades que antes disfrutaban, la irritabilidad persistente y la apatía.

Estas señales pueden indicar la presencia de una alteración psiquiátrica que requiera una evaluación especializada.

 -¿Qué papel juega la prevención en el bienestar emocional de las personas con síndrome de Down?

La prevención es fundamental para promover el bienestar emocional. En este sentido, destaca la importancia de mantener rutinas, ofrecer apoyo emocional especialmente ante cambios o circunstancias adversas, educar sobre emociones, habilidades sociales y tolerancia a la frustración, detectar tempranamente síntomas físicos y psicológicos, y crear entornos saludables.

La prevención también implica fomentar la autonomía, la participación activa en la comunidad y el acceso a actividades significativas que refuercen la autoestima y el sentido de pertenencia.

¿Qué papel tiene la identidad en la salud mental de las personas con síndrome de Down?

El término identidad hace referencia al conjunto de características que hacen que una persona se perciba a sí misma como única y diferente de los demás.

Una identidad positiva fortalece la salud mental en cualquier individuo.  Es esencial que la persona se reconozca como digna y valiosa, tenga espacios para expresarse y ser escuchada. La construcción de una identidad sólida implica el reconocimiento y la aceptación de las propias limitaciones, así como de las capacidades de desarrollo. Cuando apoyamos a las personas con discapacidad intelectual para que desarrollen su identidad, les ayudamos a fortalecer su autoestima y, por lo tanto, su salud mental.

¿Cómo influye el entorno (asociación, centro de estudios, amigos…) en la salud mental de las personas con síndrome de Down?

El entorno tiene un impacto directo en la salud mental en cualquier individuo. Un entorno que favorezca la propia valía y dignidad de cada persona, su adaptación y aceptación con sus limitaciones y fortalezas, y el sentido de pertenencia, estimula y motiva al bienestar emocional, reduce el estrés y la ansiedad.

Los diversos entornos que tengan relación con una persona con discapacidad intelectual deberían ofrecer oportunidades en un ambiente respetuoso, accesible y enriquecedor. En este sentido, es fundamental reconocer que las personas con síndrome de Down aportan valores esenciales a la sociedad, como la empatía, la generosidad, la autenticidad, la alegría y la capacidad de generar vínculos afectivos profundos, entre otros.

¿Qué barreras existen actualmente para que las personas con síndrome de Down accedan a apoyo psicológico o psiquiátrico adaptado a sus necesidades?

Las principales barreras incluyen la escasez de recursos en términos de profesionales, centros y unidades, especializados en el ámbito de la psiquiatría y la psicología en personas con discapacidad intelectual y, en concreto, en personas con síndrome de Down.

Además, existe una falta de conciencia sobre la importancia de su salud mental, y en muchos casos no se diagnostican adecuadamente los trastornos que puedan presentar. Incluso cuando se realiza un diagnóstico, este puede ser erróneo o incompleto, lo que conlleva que no se les proporcione la modalidad de tratamiento más adecuada a sus necesidades específicas.

Bajo su punto de vista, ¿deberían formar parte habitual de los equipos de revisión médica de las personas con síndrome de Down los profesionales de salud mental?

La salud mental debería ser un aspecto integrado en el seguimiento médico habitual de las personas con síndrome de Down. No implica que todas deban ser valoradas por un especialista en psiquiatría, sino que sus médicos de referencia estén capacitados para explorar alguna posible alteración en su estado emocional.

En caso de detectar indicios de alteración, se podría valorar la derivación a psiquiatría u otros profesionales especializados, favoreciendo así una atención temprana, coordinada y adaptada a las necesidades individuales.  

¿Qué ideas clave consideras imprescindible transmitir a familias y profesionales sobre la salud mental en el síndrome de Down?

Las ideas clave incluyen que la salud mental es tan importante como la física; que las personas con síndrome de Down pueden experimentar alteraciones emocionales o del comportamiento susceptibles de ser tratadas; que la detección temprana y el apoyo adecuado marcan una diferencia.

Es fundamental promover una visión integral de la persona, que contemple sus emociones, relaciones, aspiraciones, fortalezas y limitaciones.

María del Carmen Ortega, psiquiatra especializada en síndrome de Down y miembro del Comité Médico Asesor de DOWN ESPAÑA

‘Cuido mi futuro’, nueva guía sobre envejecimiento para personas con síndrome de Down

Con el objetivo de ayudar a las personas con síndrome de Down u otra discapacidad intelectual a entender asuntos relacionados con la vida adulta o qué sucede cuándo envejecen, desde nuestro grupo de trabajo Red Nacional de Vida Adulta y Envejecimiento (RNVAE), hemos diseñado la guía ‘Cuido mi futuro‘.

Se trata de una publicación didáctica que nace fruto del trabajo desarrollado en los talleres de la Escuela de Vida Adulta, que tuvieron lugar durante el pasado año en algunas de nuestras entidades federadas.

La iniciativa nació como propuesta de las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales que ejercen el papel de representantes de la RNVAE. Posteriormente, se abrió a la participación de jóvenes y adultos de distintas asociaciones de DOWN ESPAÑA y llegaron a sumarse 150 participantes.

Los contenidos de estos talleres sobre vida adulta y envejecimiento fueron impartidos por profesionales especialistas en cada materia, lo que permitió ofrecer un enfoque riguroso y práctico sobre asuntos como la salud general, la salud mental, las emociones, proyectos de vida o asuntos legales que atañen a las personas de nuestro colectivo.

Como resultado, presentamos la guía ‘Cuido mi futuro’, un recurso didáctico que servirá a las entidades para trabajar en talleres de vida adulta durante el nuevo curso.

El material ha sido desarrollado por Nagore Nieto, coordinadora de la RNVAE, y por Fernanda Albamonte, técnica de Programas de Salud de DOWN ESPAÑA, quienes además de tener como referencia los contenidos de los talleres, han revisado la accesibilidad, claridad y utilidad del mismo con los adultos representantes de la RNVAE.

Este proyecto ha contado con el apoyo del Ministerio de Asuntos Sociales, Consumo y Agenda 2030 y está disponible haciendo click aquí.

Alianzas entre asociaciones para construir futuro en el síndrome de Down

La cooperación entre nuestras organizaciones permite no solo compartir conocimientos y experiencias, sino también impulsar investigaciones conjuntas y promover iniciativas que beneficien a la comunidad global de personas con síndrome de Down y sus familias.

Un claro ejemplo de ello es la celebración del Congreso Mundial de Síndrome de Down 2027, que, tras acuerdo con Down Syndrome International, será organizado por la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ADRA). Una idea valiente que todos aplaudimos y que debe ser seguida de un proyecto serio, ya que ilusión hay toda la del mundo.

ASDRA forma parte de laAsociación Iberoamericana de Síndrome de Down (FIADOWN), por lo que, tanto desde DOWN ESPAÑA como desde FIADOWN, asumimos este congreso como un reto compartido y un firme compromiso. La colaboración entre instituciones es fundamental para avanzar en la mejora de la calidad de vida de las personas con síndrome de Down. Estaremos no solo ahí sino también en los preparativos arrimando el hombro.

El programa está por diseñar, pero tenemos claro cuáles son los temas imprescindibles que no pueden faltar en el Congreso porque son asuntos en los que trabajamos a diario.

Entre ellos, es importante hablar de una de las comorbilidades más relevantes asociadas al síndrome de Down: la enfermedad de Alzheimer.

¿Una de las más relevantes o la principal?

En el cromosoma 21, “el nuestro”, está la clave del deterioro cognitivo tipo Alzheimer, que nos hace hablar del síndrome de Down como un “Alzheimer genético”, pues afectará irremediablemente, si las prometedoras investigaciones que se están desarrollando no lo corrigen, a todas las personas con síndrome de Down que se hagan mayores, que cada vez son más y más longevas.

Por eso, el Alzheimer ya forma parte de la realidad que enfrentamos en nuestras asociaciones. Es una compañera de viaje incómoda, preocupante y cada vez más presente.

En este contexto, centramos la mirada en todo lo que se está moviendo en torno a esta enfermedad, con especial atención a una unidad especializada, modélica y pionera a nivel mundial: la Unidad de Alzheimer y Síndrome de Down del Hospital de Sant Pau, en Barcelona.

Esta unidad se ha convertido en un referente en el estudio y tratamiento del Alzheimer en personas con síndrome de Down, ofreciendo recursos tanto a pacientes como a sus familias. Y lo que resulta más importante, ahora que aún queda tanto por descubrir, en un referente en investigación; en investigación de vanguardia.

El líder del equipo es el Dr. Juan Fortea y entre sus colaboradores más destacados está la Dra. María Carmona Iragui, a quien tendremos la oportunidad de ver y escuchar en el webinario de este jueves 30 de octubre, a las 19:00h (hora española). Una cita abierta a todas las personas interesadas.

Compartirá ponencia con la Dra. Lucía Pertierra, de la República Argentina, como muestra de esa colaboración entre instituciones que fortalece el trabajo en red y facilita una mejor comprensión y manejo de los desafíos específicos que enfrentan las personas con síndrome de Down, especialmente en relación con el Alzheimer.

El título del webinario es “Síndrome de Down y enfermedad de Alzheimer: avances, desafíos y oportunidades.

La existencia de unidades como la del Hospital de Sant Pau permite avanzar en el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer, imprescindible para poder actuar contra ella de forma temprana.

Para esa detección se trabaja, entre otros, en biomarcadores, pero también se buscan vías genéticas y farmacológicas para frenar los efectos devastadores de la enfermedad. El objetivo, mediante un enfoque integral y coordinado entre entidades, es garantizar una atención especializada y de calidad.

Esta sinergia es clave para promover el bienestar y la inclusión de las personas con síndrome de Down en la sociedad.

Os esperamos en el webinario, este jueves 30 de octubre.

Nieves Down, secretaria general de FIADOWN y vicepresidenta de DOWN ESPAÑA.

Inscripciones para el webinario aquí: https://inscripcion.sindromedown.net/inscripcion?cv=295-1760479200&fbclid

DOWN ESPAÑA y Multiópticas lanzan una colección de gafas diseñadas para niños con síndrome de Down

El 75 % de las personas con síndrome de Down presenta problemas visuales. Además, existe una serie de características faciales y necesidades específicas que dificultan el ajuste de las monturas al rostro de las personas de nuestro colectivo. Por esta razón, Multiópticas presenta su nueva colección de gafas “mó Kids”, desarrollada en colaboración con DOWN ESPAÑA.

Se trata de una línea de lentes infantiles diseñada para adaptarse a las necesidades de los niños con síndrome de Down: gafas más cómodas, resistentes y seguras, con puentes bajos y apoyos nasales adaptados a su fisionomía y con diseños que apuestan por la funcionalidad.

La colección “mó kids”, ya disponible bajo el lema «Diseñadas con y para ellos, para construir un futuro más inclusivo», ha sido creada a partir de un proceso de escucha activa a familias y a expertos en salud visual. Además, parte de los beneficios obtenidos con su venta se destinará a programas de DOWN ESPAÑA para mejorar la calidad de vida y la inclusión de las personas con síndrome de Down en nuestro país.

En palabras de Agustín Matía, director gerente de DOWN ESPAÑA, “la incidencia de patologías visuales en las personas con síndrome de Down es mayor que en el resto de la población y, muy a menudo, con una evolución más rápida. Por eso, cualquier apoyo para mejorar su funcionalidad será clave en su bienestar en su inclusión”

“Estamos muy agradecidos a Multiópticas por su implicación en esta iniciativa, que supondrá un avance importante en el bienestar y en la mejora de la salud visual de los menores de nuestro colectivo”, añade Matía.

Por su parte, Salomé Suárez, directora de Corporativo y Fundación Multiópticas, señala que esta colaboración ofrece “una solución real y tangible”. “No se trata solo de diseñar gafas, sino de derribar barreras. Estamos orgullosos de que nuestro conocimiento pueda contribuir directamente a la autonomía y felicidad de los más pequeños», señala.

Desde DOWN ESPAÑA, animamos a las familias de niños con síndrome de Down que necesiten gafas a conocer esta colección pensada y diseñada para ellos.

María Carmona: “Las personas con síndrome de Down han sido excluidas de los ensayos clínicos de tratamientos para el Alzheimer”

La enfermedad de Alzheimer afecta a más del 85% de las personas con síndrome de Down a partir de los 65 años. Por ello, desde DOWN ESPAÑA, en el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra este domingo 21 de septiembre, insistimos en la necesidad de proporcionar a las personas del colectivo estrategias y hábitos saludables para retrasar, en la medida de lo posible, la aparición de los primeros síntomas y recordamos la importancia de la investigación, pues solo gracias a ella será posible prevenirla, tratarla y mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familias.

Entrevistamos a María Carmona-Iragui, neuróloga del Centro Médico Barcelona Down de la Fundació Catalana Síndrome de Down e investigadora de la Unidad de Memoria del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, para saber más sobre las investigaciones que se están llevando a cabo en relación al Alzheimer y al síndrome de Down a nivel internacional y en el equipo de la experta.


– ¿Cuáles han sido los últimos hallazgos relevantes sobre la relación entre el síndrome de Down y el Alzheimer?

Hoy sabemos con certeza que prácticamente todas las personas con síndrome de Down desarrollarán la enfermedad de Alzheimer (EA) si viven lo suficiente. La causa está en el cromosoma 21 extra, que incluye, entre otros, el gen APP (gen de la proteína precursora del amiloide), clave en la producción de la proteína beta-amiloide. Por este motivo, el síndrome de Down se considera una forma genéticamente determinada de EA.

En los últimos años, hemos podido afinar el “reloj biológico” de la EA en el síndrome de Down: las personas del colectivo comienzan a acumular proteína amiloide desde edades tempranas de la vida y, con los años, se van desarrollando los procesos de la EA, hasta que, a los 40 años, las características microscópicas de la EA ya están presentes en el cerebro de prácticamente todas las personas con síndrome de Down.

Los síntomas de la enfermedad, sin embargo, suelen ser más tardíos, apareciendo, de media, sobre los 50-55.

El desarrollo de biomarcadores, tanto bioquímicos como de neuroimagen, ha permitido caracterizar el largo proceso de la EA y ahora somos capaces de detectarla de una manera menos invasiva y más precoz.

– ¿Qué se está investigando actualmente a nivel nacional o internacional? y, ¿en vuestro equipo?

Afortunadamente, en los últimos años, el interés y la inversión en investigación en este campo ha despertado y ha permitido el desarrollo de grandes cohortes o consorcios internacionales que siguen a personas con síndrome de Down, como el DABNI, TRC-DS, ABC-DS o el Horizon, que permiten estudiar más a fondo la EA en el síndrome de Down y armonizar protocolos para trabajar de manera homogénea.

En nuestro equipo seguimos impulsando la cohorte DABNI (por sus siglas en inglés, de Down Alzheimer Barcelona Neuroimaging Initiative), una cohorte poblacional, basada en un plan de salud, que incluye más de 1100 adultos con síndrome de Down.

En este contexto, seguimos estudiando la EA a través de la caracterización clínica y cognitiva de los adultos con síndrome de Down y del desarrollo de diversos biomarcadores (bioquímicos, de neuroimagen y neurofisiológicos), solos o en combinación, con el fin de conocer mejor los distintos procesos que ocurren de la EA y poder identificar dianas terapéuticas.

También estamos colaborando de forma activa en el diseño y reclutamiento de participantes en ensayos clínicos con tratamientos modificadores de la EA y estamos poniendo en marcha un ensayo clínico independiente multicéntrico nacional.

– ¿Existen pautas o recomendaciones médicas que puedan retrasar la aparición de los primeros síntomas del Alzheimer en personas con síndrome de Down?

Actualmente, no hay una medicina que evite o cure la enfermedad, pero sí sabemos que tratar bien algunos factores, que también ocurren con frecuencia, es fundamental.

La apnea del sueño, los problemas de tiroides, la epilepsia, las limitaciones visuales o auditivas o la depresión, si no se abordan, pueden no solo confundirse con la EA, sino que podrían acelerar el deterioro cognitivo. Por eso, recomendamos no esperar a que aparezcan los problemas cognitivos y realizar evaluaciones especializadas anuales a partir de los 35 años con cribados cognitivos adaptados. Además, un estilo de vida saludable, incluyendo actividad física, dieta equilibrada, interacción social y estimulación cognitiva, puede ser beneficioso y siempre se recomienda.

– ¿Se están probando posibles medicamentos que frenen los síntomas del Alzheimer en personas con síndrome de Down?

Sí. Los ensayos clínicos dirigidos a la EA en personas con síndrome de Down han sido limitados históricamente; sin embargo, el creciente reconocimiento del riesgo casi universal de EA en el síndrome de Down ha llevado a un mayor enfoque en la investigación clínica personalizada.

El ensayo ABATE, por ejemplo, que prueba la eficacia y seguridad de un fármaco anti-amiloide, está en fase de reclutamiento a nivel mundial.

Se trata de la vacuna ACI-24, probada anteriormente en un ensayo que incluyó a pacientes con síndrome de Down. La vacuna fue segura y bien tolerada, generó la respuesta inmunológica esperada.

Por otro lado, el estudio ALADDIN (por sus siglas en inglés, de Amyloid Lowering for Alzheimer’s in Down’s Donanemab INvestigation), específicamente diseñado para personas con síndrome de Down, estudiará la seguridad y tolerabilidad del donanemab, uno de los nuevos fármacos anti-amiloide ya aprobados en Estados Unidos para el tratamiento de pacientes con EA en la población general.

Finalmente, próximamente se pondrá en marcha el ensayo LESS-AD (por sus siglas en inglés, de LEvetiracetam to prevent Seizures in adults with Down Syndrome and Alzheimer’s Disease), un ensayo clínico multicéntrico nacional, de investigación independiente, que pretende estudiar el papel de un fármaco antiepiléptico bien conocido como preventivo de crisis epilépticas en la EA sintomática en adultos con síndrome de Down.

– ¿Para cuándo se espera la comercialización de algún medicamento de ese tipo?

Los avances recientes en el tratamiento de la EA en la población general se han centrado en terapias dirigidas a la proteína amiloide, una proteína distintiva implicada en la patología de la EA.

El Lecanemab ya está autorizado en Europa desde este año, si bien todavía no ha llegado a administrarse en España, y Donanemab ha recibido una opinión positiva de la Agencia Europea del Medicamento, por lo que se espera su aprobación inminente.

Sin embargo, a pesar de su potencial, no existe evidencia para el uso de estas terapias en personas con síndrome de Down, ya que fueron excluidas de estos estudios.

Esta exclusión es especialmente preocupante dado el mayor riesgo de anomalías en las imágenes relacionadas con el amiloide (ARIA), un efecto secundario conocido de estas terapias, que, si bien no ha quedado todavía demostrado, podría verse exacerbado en personas con síndrome de Down. Por ello, es necesario realizar estudios de eficacia y seguridad específicos en población con síndrome de Down, con la monitorización necesaria, que determinen si este mayor riesgo teórico se traduce en resultados reales de ARIA.

– ¿Por qué es importante que las familias y las propias personas con síndrome de Down se involucren en los ensayos clínicos relacionados con el Alzheimer?

En primer lugar, porque su participación va mucho más allá de ser “pacientes” en un estudio o cuidadores. Cada vez, se está extendiendo más el concepto de co-investigadores refiriéndose a que los pacientes y cuidadores tengan voz en la investigación: su experiencia, sus prioridades y su visión del día a día son fundamentales para orientar la investigación hacia lo que realmente importa.

 Ellos pueden ayudarnos a definir qué cambios cognitivos o conductuales son más relevantes, qué pruebas son más fáciles de realizar o qué barreras existen para acudir a una visita.

Por otro lado, porque sin su participación e implicación no habrá datos que nos permitan saber si los tratamientos realmente funcionan en esta población. Históricamente, las personas con discapacidad intelectual han estado excluidas de la investigación, lo que ha generado una gran injusticia: justo quienes más riesgo tienen de EA son quienes menos se han beneficiado de los avances. Incluirles es, por tanto, una cuestión de equidad y de rigor científico.

– ¿Qué beneficios concretos puede aportar esa participación tanto a nivel individual como a nivel colectivo?

A nivel individual, supone un acceso temprano a diagnósticos avanzados, un seguimiento médico estrecho y, en algunos casos, la posibilidad de beneficiarse de un tratamiento prometedor.

A nivel colectivo, la participación genera conocimiento que servirá para validar biomarcadores, adaptar herramientas cognitivas y, en última instancia, acelerar la llegada de terapias efectivas para toda la comunidad con síndrome de Down.

– ¿Qué barreras suelen encontrar las familias a la hora de participar y cómo se podrían superar?

Las familias y los cuidadores pueden dudar a la hora de animar a su familiar/ persona a cargo con síndrome de Down a participar en ensayos clínicos debido a cuestiones éticas (desarrollar un poco la idea de que es complejo y una gran responsabilidad consentir participar en un ensayo clínico en nombre de otra persona porque tiene discapacidad intelectual y deterioro cognitivo).

Asimismo, las preocupaciones sobre la seguridad, la falta de confianza en las instituciones de investigación o la percepción de que la persona podría no beneficiarse directamente de la participación podrían también jugar un papel.

La retención en estudios que requieren seguimiento es igualmente difícil, especialmente en estudios a largo plazo que requieren procedimientos invasivos, visitas frecuentes o intervenciones complejas.

La participación sostenida en las actividades derivadas de un ensayo clínico en pacientes con síndrome de Down requiere la participación activa de los cuidadores, lo que puede complicarse por las exigencias de tiempo y la fatiga emocional. Apoyar a los cuidadores mediante programas específicos, actividades de extensión comunitaria y diseños de ensayos optimizados que reduzcan la carga y garanticen la calidad de los datos es esencial para mejorar la retención y la participación.

– ¿Se ha tendido a excluir a las personas con síndrome de Down de los ensayos clínicos sobre Alzheimer?, ¿Por qué?

Sí, hasta estos estudios más recientes que ya se han comentado, las personas con síndrome de Down han sido sistemáticamente excluidas de los ensayos clínicos de tratamientos para la enfermedad de Alzheimer, incluyendo los ensayos fundamentales de Lecanemab (Clarity AD) y (Donanemab TRAILBLAZER-ALZ 2), que han mostrado recientemente su eficacia en la población en general.

Si bien el diagnóstico de síndrome de Down no se incluyó como criterio de exclusión formal, la mayoría de los ensayos excluyeron a personas con discapacidad intelectual o trastornos del neurodesarrollo preexistentes, lo que indirectamente excluyó a la población con síndrome de Down.

Además, los criterios de elegibilidad relacionados con la edad, el rendimiento cognitivo o las afecciones médicas coexistentes pueden haber limitado aún más la participación.

El ensayo del Lecanemab incluyó a participantes de 50 a 90 años, y el ensayo de Donanemab incluyó a participantes de 60 a 85 años; estos rangos de edad no se corresponden con la aparición más temprana de la EA en la población con síndrome de Down, que suele comenzar en la cuarta o quinta década de la vida.

En términos más generales, la mayoría de los ensayos de EA incluyen criterios de elegibilidad por edad que no incluyen a los adultos más jóvenes con síndrome de Down, quienes presentan el mayor riesgo.

Además, las medidas de resultado utilizadas para evaluar el cambio cognitivo y funcional no están adaptadas ni validadas para personas con discapacidad intelectual. Aunque estos factores no eran criterios de exclusión formales, hicieron que la participación fuera inviable para las personas con síndrome de Down.

– ¿Qué se está haciendo actualmente para poder contar con las personas con síndrome de Down en los estudios?

Los ensayos deben implementar criterios inclusivos para ensayos clínicos, garantizando la representación de las personas con síndrome de Down y la generalización de los hallazgos a esta población.

Además, las estrategias de reclutamiento comunitario son esenciales para asegurar una amplia participación en los ensayos clínicos. La participación de las familias, los cuidadores y las organizaciones relacionadas con el síndrome de Down en el diseño y el reclutamiento de los ensayos contribuirá a generar confianza y compromiso, lo que se traducirá en mayores tasas de retención y una mayor diversidad de participantes.

También se necesitan campañas de educación pública e iniciativas de divulgación. La colaboración entre grupos de apoyo, instituciones de investigación y compañías farmacéuticas será esencial para acelerar el desarrollo de tratamientos seguros y eficaces para la EA en el síndrome de Down.

 – ¿Qué responsabilidad tienen las farmacéuticas y los organismos reguladores en garantizar esa inclusión?

Tienen una responsabilidad enorme. Las farmacéuticas deben diseñar ensayos inclusivos, con medidas adaptadas y criterios realistas y los organismos reguladores, como la EMA o la FDA, deben exigir planes de diversidad que contemplen la discapacidad intelectual en general y a las personas con síndrome de Down, precisamente por su altísimo riesgo de sufrir los síntomas de la EA.

No se trata de un gesto de buena voluntad, sino de un requisito ético y científico para que los tratamientos realmente sean para todos.

Esto se cerrará en 0 segundos