‘Cuido mi futuro’, nueva guía sobre envejecimiento para personas con síndrome de Down

Con el objetivo de ayudar a las personas con síndrome de Down u otra discapacidad intelectual a entender asuntos relacionados con la vida adulta o qué sucede cuándo envejecen, desde nuestro grupo de trabajo Red Nacional de Vida Adulta y Envejecimiento (RNVAE), hemos diseñado la guía ‘Cuido mi futuro‘.

Se trata de una publicación didáctica que nace fruto del trabajo desarrollado en los talleres de la Escuela de Vida Adulta, que tuvieron lugar durante el pasado año en algunas de nuestras entidades federadas.

La iniciativa nació como propuesta de las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales que ejercen el papel de representantes de la RNVAE. Posteriormente, se abrió a la participación de jóvenes y adultos de distintas asociaciones de DOWN ESPAÑA y llegaron a sumarse 150 participantes.

Los contenidos de estos talleres sobre vida adulta y envejecimiento fueron impartidos por profesionales especialistas en cada materia, lo que permitió ofrecer un enfoque riguroso y práctico sobre asuntos como la salud general, la salud mental, las emociones, proyectos de vida o asuntos legales que atañen a las personas de nuestro colectivo.

Como resultado, presentamos la guía ‘Cuido mi futuro’, un recurso didáctico que servirá a las entidades para trabajar en talleres de vida adulta durante el nuevo curso.

El material ha sido desarrollado por Nagore Nieto, coordinadora de la RNVAE, y por Fernanda Albamonte, técnica de Programas de Salud de DOWN ESPAÑA, quienes además de tener como referencia los contenidos de los talleres, han revisado la accesibilidad, claridad y utilidad del mismo con los adultos representantes de la RNVAE.

Este proyecto ha contado con el apoyo del Ministerio de Asuntos Sociales, Consumo y Agenda 2030 y está disponible haciendo click aquí.

María Carmona: “Las personas con síndrome de Down han sido excluidas de los ensayos clínicos de tratamientos para el Alzheimer”

La enfermedad de Alzheimer afecta a más del 85% de las personas con síndrome de Down a partir de los 65 años. Por ello, desde DOWN ESPAÑA, en el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra este domingo 21 de septiembre, insistimos en la necesidad de proporcionar a las personas del colectivo estrategias y hábitos saludables para retrasar, en la medida de lo posible, la aparición de los primeros síntomas y recordamos la importancia de la investigación, pues solo gracias a ella será posible prevenirla, tratarla y mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familias.

Entrevistamos a María Carmona-Iragui, neuróloga del Centro Médico Barcelona Down de la Fundació Catalana Síndrome de Down e investigadora de la Unidad de Memoria del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, para saber más sobre las investigaciones que se están llevando a cabo en relación al Alzheimer y al síndrome de Down a nivel internacional y en el equipo de la experta.


– ¿Cuáles han sido los últimos hallazgos relevantes sobre la relación entre el síndrome de Down y el Alzheimer?

Hoy sabemos con certeza que prácticamente todas las personas con síndrome de Down desarrollarán la enfermedad de Alzheimer (EA) si viven lo suficiente. La causa está en el cromosoma 21 extra, que incluye, entre otros, el gen APP (gen de la proteína precursora del amiloide), clave en la producción de la proteína beta-amiloide. Por este motivo, el síndrome de Down se considera una forma genéticamente determinada de EA.

En los últimos años, hemos podido afinar el “reloj biológico” de la EA en el síndrome de Down: las personas del colectivo comienzan a acumular proteína amiloide desde edades tempranas de la vida y, con los años, se van desarrollando los procesos de la EA, hasta que, a los 40 años, las características microscópicas de la EA ya están presentes en el cerebro de prácticamente todas las personas con síndrome de Down.

Los síntomas de la enfermedad, sin embargo, suelen ser más tardíos, apareciendo, de media, sobre los 50-55.

El desarrollo de biomarcadores, tanto bioquímicos como de neuroimagen, ha permitido caracterizar el largo proceso de la EA y ahora somos capaces de detectarla de una manera menos invasiva y más precoz.

– ¿Qué se está investigando actualmente a nivel nacional o internacional? y, ¿en vuestro equipo?

Afortunadamente, en los últimos años, el interés y la inversión en investigación en este campo ha despertado y ha permitido el desarrollo de grandes cohortes o consorcios internacionales que siguen a personas con síndrome de Down, como el DABNI, TRC-DS, ABC-DS o el Horizon, que permiten estudiar más a fondo la EA en el síndrome de Down y armonizar protocolos para trabajar de manera homogénea.

En nuestro equipo seguimos impulsando la cohorte DABNI (por sus siglas en inglés, de Down Alzheimer Barcelona Neuroimaging Initiative), una cohorte poblacional, basada en un plan de salud, que incluye más de 1100 adultos con síndrome de Down.

En este contexto, seguimos estudiando la EA a través de la caracterización clínica y cognitiva de los adultos con síndrome de Down y del desarrollo de diversos biomarcadores (bioquímicos, de neuroimagen y neurofisiológicos), solos o en combinación, con el fin de conocer mejor los distintos procesos que ocurren de la EA y poder identificar dianas terapéuticas.

También estamos colaborando de forma activa en el diseño y reclutamiento de participantes en ensayos clínicos con tratamientos modificadores de la EA y estamos poniendo en marcha un ensayo clínico independiente multicéntrico nacional.

– ¿Existen pautas o recomendaciones médicas que puedan retrasar la aparición de los primeros síntomas del Alzheimer en personas con síndrome de Down?

Actualmente, no hay una medicina que evite o cure la enfermedad, pero sí sabemos que tratar bien algunos factores, que también ocurren con frecuencia, es fundamental.

La apnea del sueño, los problemas de tiroides, la epilepsia, las limitaciones visuales o auditivas o la depresión, si no se abordan, pueden no solo confundirse con la EA, sino que podrían acelerar el deterioro cognitivo. Por eso, recomendamos no esperar a que aparezcan los problemas cognitivos y realizar evaluaciones especializadas anuales a partir de los 35 años con cribados cognitivos adaptados. Además, un estilo de vida saludable, incluyendo actividad física, dieta equilibrada, interacción social y estimulación cognitiva, puede ser beneficioso y siempre se recomienda.

– ¿Se están probando posibles medicamentos que frenen los síntomas del Alzheimer en personas con síndrome de Down?

Sí. Los ensayos clínicos dirigidos a la EA en personas con síndrome de Down han sido limitados históricamente; sin embargo, el creciente reconocimiento del riesgo casi universal de EA en el síndrome de Down ha llevado a un mayor enfoque en la investigación clínica personalizada.

El ensayo ABATE, por ejemplo, que prueba la eficacia y seguridad de un fármaco anti-amiloide, está en fase de reclutamiento a nivel mundial.

Se trata de la vacuna ACI-24, probada anteriormente en un ensayo que incluyó a pacientes con síndrome de Down. La vacuna fue segura y bien tolerada, generó la respuesta inmunológica esperada.

Por otro lado, el estudio ALADDIN (por sus siglas en inglés, de Amyloid Lowering for Alzheimer’s in Down’s Donanemab INvestigation), específicamente diseñado para personas con síndrome de Down, estudiará la seguridad y tolerabilidad del donanemab, uno de los nuevos fármacos anti-amiloide ya aprobados en Estados Unidos para el tratamiento de pacientes con EA en la población general.

Finalmente, próximamente se pondrá en marcha el ensayo LESS-AD (por sus siglas en inglés, de LEvetiracetam to prevent Seizures in adults with Down Syndrome and Alzheimer’s Disease), un ensayo clínico multicéntrico nacional, de investigación independiente, que pretende estudiar el papel de un fármaco antiepiléptico bien conocido como preventivo de crisis epilépticas en la EA sintomática en adultos con síndrome de Down.

– ¿Para cuándo se espera la comercialización de algún medicamento de ese tipo?

Los avances recientes en el tratamiento de la EA en la población general se han centrado en terapias dirigidas a la proteína amiloide, una proteína distintiva implicada en la patología de la EA.

El Lecanemab ya está autorizado en Europa desde este año, si bien todavía no ha llegado a administrarse en España, y Donanemab ha recibido una opinión positiva de la Agencia Europea del Medicamento, por lo que se espera su aprobación inminente.

Sin embargo, a pesar de su potencial, no existe evidencia para el uso de estas terapias en personas con síndrome de Down, ya que fueron excluidas de estos estudios.

Esta exclusión es especialmente preocupante dado el mayor riesgo de anomalías en las imágenes relacionadas con el amiloide (ARIA), un efecto secundario conocido de estas terapias, que, si bien no ha quedado todavía demostrado, podría verse exacerbado en personas con síndrome de Down. Por ello, es necesario realizar estudios de eficacia y seguridad específicos en población con síndrome de Down, con la monitorización necesaria, que determinen si este mayor riesgo teórico se traduce en resultados reales de ARIA.

– ¿Por qué es importante que las familias y las propias personas con síndrome de Down se involucren en los ensayos clínicos relacionados con el Alzheimer?

En primer lugar, porque su participación va mucho más allá de ser “pacientes” en un estudio o cuidadores. Cada vez, se está extendiendo más el concepto de co-investigadores refiriéndose a que los pacientes y cuidadores tengan voz en la investigación: su experiencia, sus prioridades y su visión del día a día son fundamentales para orientar la investigación hacia lo que realmente importa.

 Ellos pueden ayudarnos a definir qué cambios cognitivos o conductuales son más relevantes, qué pruebas son más fáciles de realizar o qué barreras existen para acudir a una visita.

Por otro lado, porque sin su participación e implicación no habrá datos que nos permitan saber si los tratamientos realmente funcionan en esta población. Históricamente, las personas con discapacidad intelectual han estado excluidas de la investigación, lo que ha generado una gran injusticia: justo quienes más riesgo tienen de EA son quienes menos se han beneficiado de los avances. Incluirles es, por tanto, una cuestión de equidad y de rigor científico.

– ¿Qué beneficios concretos puede aportar esa participación tanto a nivel individual como a nivel colectivo?

A nivel individual, supone un acceso temprano a diagnósticos avanzados, un seguimiento médico estrecho y, en algunos casos, la posibilidad de beneficiarse de un tratamiento prometedor.

A nivel colectivo, la participación genera conocimiento que servirá para validar biomarcadores, adaptar herramientas cognitivas y, en última instancia, acelerar la llegada de terapias efectivas para toda la comunidad con síndrome de Down.

– ¿Qué barreras suelen encontrar las familias a la hora de participar y cómo se podrían superar?

Las familias y los cuidadores pueden dudar a la hora de animar a su familiar/ persona a cargo con síndrome de Down a participar en ensayos clínicos debido a cuestiones éticas (desarrollar un poco la idea de que es complejo y una gran responsabilidad consentir participar en un ensayo clínico en nombre de otra persona porque tiene discapacidad intelectual y deterioro cognitivo).

Asimismo, las preocupaciones sobre la seguridad, la falta de confianza en las instituciones de investigación o la percepción de que la persona podría no beneficiarse directamente de la participación podrían también jugar un papel.

La retención en estudios que requieren seguimiento es igualmente difícil, especialmente en estudios a largo plazo que requieren procedimientos invasivos, visitas frecuentes o intervenciones complejas.

La participación sostenida en las actividades derivadas de un ensayo clínico en pacientes con síndrome de Down requiere la participación activa de los cuidadores, lo que puede complicarse por las exigencias de tiempo y la fatiga emocional. Apoyar a los cuidadores mediante programas específicos, actividades de extensión comunitaria y diseños de ensayos optimizados que reduzcan la carga y garanticen la calidad de los datos es esencial para mejorar la retención y la participación.

– ¿Se ha tendido a excluir a las personas con síndrome de Down de los ensayos clínicos sobre Alzheimer?, ¿Por qué?

Sí, hasta estos estudios más recientes que ya se han comentado, las personas con síndrome de Down han sido sistemáticamente excluidas de los ensayos clínicos de tratamientos para la enfermedad de Alzheimer, incluyendo los ensayos fundamentales de Lecanemab (Clarity AD) y (Donanemab TRAILBLAZER-ALZ 2), que han mostrado recientemente su eficacia en la población en general.

Si bien el diagnóstico de síndrome de Down no se incluyó como criterio de exclusión formal, la mayoría de los ensayos excluyeron a personas con discapacidad intelectual o trastornos del neurodesarrollo preexistentes, lo que indirectamente excluyó a la población con síndrome de Down.

Además, los criterios de elegibilidad relacionados con la edad, el rendimiento cognitivo o las afecciones médicas coexistentes pueden haber limitado aún más la participación.

El ensayo del Lecanemab incluyó a participantes de 50 a 90 años, y el ensayo de Donanemab incluyó a participantes de 60 a 85 años; estos rangos de edad no se corresponden con la aparición más temprana de la EA en la población con síndrome de Down, que suele comenzar en la cuarta o quinta década de la vida.

En términos más generales, la mayoría de los ensayos de EA incluyen criterios de elegibilidad por edad que no incluyen a los adultos más jóvenes con síndrome de Down, quienes presentan el mayor riesgo.

Además, las medidas de resultado utilizadas para evaluar el cambio cognitivo y funcional no están adaptadas ni validadas para personas con discapacidad intelectual. Aunque estos factores no eran criterios de exclusión formales, hicieron que la participación fuera inviable para las personas con síndrome de Down.

– ¿Qué se está haciendo actualmente para poder contar con las personas con síndrome de Down en los estudios?

Los ensayos deben implementar criterios inclusivos para ensayos clínicos, garantizando la representación de las personas con síndrome de Down y la generalización de los hallazgos a esta población.

Además, las estrategias de reclutamiento comunitario son esenciales para asegurar una amplia participación en los ensayos clínicos. La participación de las familias, los cuidadores y las organizaciones relacionadas con el síndrome de Down en el diseño y el reclutamiento de los ensayos contribuirá a generar confianza y compromiso, lo que se traducirá en mayores tasas de retención y una mayor diversidad de participantes.

También se necesitan campañas de educación pública e iniciativas de divulgación. La colaboración entre grupos de apoyo, instituciones de investigación y compañías farmacéuticas será esencial para acelerar el desarrollo de tratamientos seguros y eficaces para la EA en el síndrome de Down.

 – ¿Qué responsabilidad tienen las farmacéuticas y los organismos reguladores en garantizar esa inclusión?

Tienen una responsabilidad enorme. Las farmacéuticas deben diseñar ensayos inclusivos, con medidas adaptadas y criterios realistas y los organismos reguladores, como la EMA o la FDA, deben exigir planes de diversidad que contemplen la discapacidad intelectual en general y a las personas con síndrome de Down, precisamente por su altísimo riesgo de sufrir los síntomas de la EA.

No se trata de un gesto de buena voluntad, sino de un requisito ético y científico para que los tratamientos realmente sean para todos.

PROLAB, un proyecto para impulsar la inclusión laboral a través de la inteligencia artificial

DOWN ESPAÑA se une al nuevo proyecto de investigación PROLAB APOYOS. Este busca prolongar la vida laboral de las personas con discapacidad intelectual mediante herramientas innovadoras basadas en IA.

PROLAB APOYOS es la evolución de PROLAB, una iniciativa que nació en 2019. Su objetivo era identificar y abordar los desafíos laborales que enfrentan las personas con discapacidad intelectual. Especialmente en lo relacionado con el envejecimiento y la jubilación.

Gracias a esta iniciativa, se han detectado dificultades cognitivas y físicas derivadas de la edad en el entorno laboral. Esto es algo que ha permitido desarrollar estrategias para adaptar sus condiciones de trabajo y garantizar una transición planificada y satisfactoria a la jubilación.

Uno de los principales logros de este proyecto ha sido la creación de un protocolo de detección del deterioro laboral. Incluye una herramienta de diagnóstico online. Esta herramienta está basada en 46 aspectos. Lo usan profesionales para evaluar la situación laboral de cada persona y para elaborar una planificación de apoyos personalizados.

PROLAB APOYOS: el siguiente paso en la inclusión laboral con IA

Con la llegada de PROLAB APOYOS, el proyecto da un paso más allá. Se busca incorporar la inteligencia artificial (IA) para desarrollar estrategias de apoyo aún más personalizadas. Esta nueva herramienta se nutrirá del conocimiento experto de nuestros profesionales. El fin es ofrecer soluciones individualizadas a las personas con síndrome de Down que trabajan en empresas ordinarias.

La ampliación del proyecto busca no solo prolongar la vida laboral de estas personas. También optimizar su bienestar y calidad de vida en la etapa de envejecimiento. PROLAB APOYOS, desarrollado por el Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO) de la Universidad de Salamanca con la colaboración de entidades de AESE, Plena Inclusión y Fundación Once, estará activo hasta finales de 2026,

Compromiso con la inclusión y la innovación

DOWN ESPAÑA apuesta por el trabajo en red con otras entidades del sector de la discapacidad para abordar retos clave como el envejecimiento prematuro en personas con síndrome de Down y su impacto en la vida laboral. Este proyecto, en concreto, representa un avance significativo en la adaptación del entorno laboral para personas con síndrome de Down.  

Carta a los Reyes Magos: los mayores con síndrome de Down piden un envejecimiento con salud y de calidad

Nagore Nieto, coordinadora de la Red Nacional de Vida Adulta y Envejecimiento de DOWN ESPAÑA envía a los Reyes Magos su lista de deseos para 2025.

Queridos Reyes Magos,

Todos los que formamos parte de la Red Nacional de Vida Adulta y Envejecimiento de DOWN ESPAÑA trabajamos para que las personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual tengan un envejecimiento saludable y de calidad. Nos gustaría que, en este 2025, pudiéramos conseguir los recursos necesarios para que:

1. Las personas con síndrome de Down puedan disfrutar de una buena salud, en su sentido más amplio. Que tengan acceso a servicios de salud adecuados y adaptados a sus necesidades (incluyendo chequeos regulares y atención especializada). 

2. Puedan tener la oportunidad de acceder a actividades y programas que les permitan seguir aprendiendo y fomentando su autonomía. Y que se garanticen los apoyos necesarios para ello.

3. Participen en actividades y espacios donde puedan interactuar y participar plenamente en su comunidad. Para fortalecer así su red social y reducir el aislamiento (se trata de Inclusión y de Respeto).

4. Puedan continuar trabajando en sus proyectos de vida, tener relaciones. Tener actividades que les generen satisfacción y que les permitan mantener un rol adulto y activo el mayor tiempo posible.

Desde el grupo de trabajo que coordino, creemos que es fundamental que se aumente la conciencia y la sensibilización sobre el envejecimiento de las personas con síndrome de Down y se promueva una cultura de respeto y aceptación en la sociedad (que valore sus contribuciones y derechos).

Por eso, creemos que es necesario un compromiso renovado por parte de la sociedad y las instituciones para garantizar una vida digna y plena para las personas con síndrome de Down, y otras discapacidades intelectuales, a lo largo de toda su vida. También que se implementen políticas inclusivas que promuevan la autonomía, la participación activa en la comunidad y la accesibilidad ajustándose a cada etapa de la vida de la persona.

Por nuestra parte, nos comprometemos a seguir aprendiendo. A mejorar los servicios y apoyos para que, tanto las personas con síndrome de Down que se encuentran en esta etapa, como sus familias, cuenten con el apoyo necesario para afrontar los desafíos del envejecimiento.

Estamos convencidos de que, juntos, podemos construir un futuro donde cada persona sea valorada. Y que tenga la posibilidad de vivir con calidad y respeto hasta el final de sus día. Así que, cualquier apoyo en ese sentido, será bienvenido.

Un abrazo,

Nagore Nieto

DOWN ESPAÑA lanza los vídeos ‘Cuidando de ti y de mí’ sobre el Alzheimer y el síndrome de Down

El Alzheimer es una enfermedad que afecta a las personas con síndrome de Down con una prevalencia mucho mayor que al resto de la población. Por ello, y teniendo en cuenta el aumento significativo de la esperanza de vida de las personas con síndrome de Down, cada vez se investiga y se da a conocer más.

En DOWN ESPAÑA, llevamos a cabo varios proyectos que tienen como objetivo formar e informar a los profesionales sociosanitarios y a las familias de personas con síndrome de Down sobre la enfermedad de Alzheimer para facilitarles el proceso de apoyo y de cuidados.

Una de las iniciativas es ‘Cuidando de ti y de mí’, con la que, desde la Federación, pretendemos ofrecer información y recomendaciones clave para las personas que cuidan a personas con síndrome de Down y Alzheimer. Como resultado, además de la guía ‘Cuidando de ti y de mí’, publicada hace unos meses y disponible haciendo click aquí, hemos elaborado cinco vídeos de apoyo. Tanto la guía como los vídeos se centran en explicar qué es el Alzheimer, cuáles son sus fases y cómo actuar durante el proceso de la enfermedad cuando afecta a personas con síndrome de Down.

Para Nagore Nieto, coordinadora de la Red Nacional de Vida Adulta y Envejecimiento (RNVAE), y Fernanda Albamonte, técnica de Programas de Salud de DOWN ESPAÑA, este proyecto es realmente útil porque «los cuidados que puede requerir una persona con síndrome de Down y Alzheimer se van haciendo más complejos a medida que avanza la enfermedad y todavía hay mucho desconocimiento». «Es necesario conocer a qué nos enfrentamos como familia y como personas cuidadoras, sin olvidar la importancia de cuidar de una misma en todo este proceso», añaden.

Lisa de reproducción de los vídeos:

Este proyecto ha sido llevado a cabo por los expertos de nuestra RNVAE, y ha contado con la colaboración de la Confederación Española de Alzheimer y del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

Desde la Federación, trabajamos desde hace décadas para impulsar la mejora de la calidad de vida de las personas con síndrome de Down y, sin duda, los proyectos dedicados a la salud son esenciales para ello. Ayúdanos a seguir trabajando: https://www.sindromedown.org/ayudanos/

DOWN ESPAÑA lanza la guía ‘Cuidando de ti y de mí’ sobre el Alzheimer y el síndrome de Down

El Alzheimer es una enfermedad que afecta a las personas con síndrome de Down con una prevalencia mucho mayor que al resto de la población. Por ello, y teniendo en cuenta el aumento significativo de las esperanza de vida de las personas con síndrome de Down, cada vez se investiga y se da a conocer más.

En DOWN ESPAÑA, llevamos a cabo varios proyectos que tienen como objetivo formar e informar a los profesionales sociosanitarios y a las familias de personas con síndrome de Down sobre la enfermedad de Alzheimer.

Una de las iniciativas es ‘Cuidando de ti y de mí’, que cuenta con la colaboración de los expertos de nuestra Red Nacional de Vida Adulta y Envejecimiento (RNVAE) y con la Confederación Española de Alzheimer. Se trata de una guía sobre el Alzheimer en personas con síndrome de Down, que esperamos sirva de herramienta a las personas que ejercen el rol de cuidadores.

La publicación, disponible haciendo click aquí, contiene información muy práctica sobre qué es el Alzheimer, cuáles son sus fases y cómo actuar durante el proceso de la enfermedad cuando afecta a personas con síndrome de Down.

Por otro lado, se lanzarán una serie de vídeos breves que condensan la información de los temas más importantes de la guía en un formato más sencillo.

Para Nagore Nieto, coordinadora de la RNVAE, y Fernanda Albamonte, técnica de Programas de Salud de DOWN ESPAÑA, este proyecto es realmente útil porque «los cuidados que puede requerir una persona con síndrome de Down y Alzheimer se van haciendo más complejos a medida que avanza la enfermedad y todavía hay mucho desconocimiento». «Es necesario conocer a qué nos enfrentamos como familia y como personas cuidadoras, sin olvidar la importancia de cuidar de una misma en todo este proceso», añaden.

Desde la Federación, trabajamos desde hace décadas para impulsar la mejora de la calidad de vida de las personas con síndrome de Down y, sin duda, los proyectos dedicados a la salud son esenciales para ello. Ayúdanos a seguir trabajando: https://www.sindromedown.org/ayudanos/

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