Dra. Ortega: “La salud mental debe ser parte integral del seguimiento médico de las personas con síndrome de Down”

Afortunadamente, la salud mental ha cobrado relevancia en los últimos años y la sociedad empieza a prestar más atención a un aspecto clave del bienestar general.

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, en DOWN ESPAÑA entrevistamos a la doctora María del Carmen Ortega, psiquiatra especializada en síndrome de Down y miembro del Comité Médico Asesor de DOWN ESPAÑA, para profundizar en el bienestar mental de las personas de nuestro colectivo, en las barreras que siguen existiendo en el ámbito clínico y social y en los avances necesarios para garantizar una atención verdaderamente inclusiva en este ámbito.

¿Cuáles son las afecciones de salud mental más frecuentes en personas con síndrome de Down y cómo suelen manifestarse?

Las patologías más comunes en este colectivo incluyen: los trastornos adaptativos secundarios a factores psicosociales adversos o cambios vitales, los trastornos de ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y las alteraciones del comportamiento.

Las tres primeras pueden manifestarse como miedos intensos, evitación de situaciones, síntomas físicos en forma de somatizaciones ansiosas, un estado de ánimo decaído, retraimiento social, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, cambios en el apetito o el sueño y una afectación o disminución del lenguaje verbal comunicativo.

¿Por qué considera que todavía existe cierta invisibilización sobre este tema?

La tendencia a silenciar el ámbito de la salud mental en personas con síndrome de Down se debe a múltiples factores.

En primer lugar, existe una falta de formación especializada entre los profesionales de la psiquiatría y de la psicología para atender adecuadamente a personas con discapacidad intelectual. Además, los estigmas sociales y culturales tienden a minimizar o malinterpretar los síntomas emocionales, atribuyéndolos erróneamente a la discapacidad en sí.

Las dificultades en la comunicación también impiden que las personas expresen lo que sienten, lo que complica el diagnóstico. Asimismo, la percepción, explícita o implícita, de que no resulta relevante intervenir ante una alteración mental en personas con discapacidad intelectual, bajo el supuesto de que su calidad de vida está irremediablemente limitada, contribuye a la desatención. Esta actitud puede llevar a una infravaloración de las posibilidades de mejora y bienestar, perpetuando la idea errónea de que cualquier intervención carece de sentido o impacto en su vida cotidiana.

¿Cuáles son los factores de riesgo más comunes que pueden desencadenar una afección de salud mental en una persona con síndrome de Down?

Son factores muy variados. Por un lado, destacan los cambios importantes en la vida, como los duelos, las mudanzas o la pérdida de rutinas, que pueden generar un gran impacto emocional. También es fundamental considerar problemas médicos no diagnosticados, como el dolor crónico, el hipotiroidismo o la apnea del sueño, que a menudo pasan desapercibidos y pueden manifestarse como alteraciones conductuales o emocionales.

 Además, los entornos poco estimulantes o incluso excluyentes, así como la falta de oportunidades para la autonomía y la participación social, incrementan el riesgo de desarrollar síntomas como estrés, ansiedad o depresión.

Todo esto se ve agravado si la persona no cuenta con un entorno de apoyo que facilite su crecimiento y la adaptación a los cambios o la resolución de dificultades.

Por eso, es esencial prestar atención tanto a los factores médicos como a los psicosociales y promover entornos que favorezcan el bienestar integral de las personas con síndrome de Down.

¿Qué señales de alarma deberían tener en cuenta las familias y profesionales para detectar a tiempo posibles patologías?

Las señales de alarma incluyen cambios repentinos en el comportamiento o el estado de ánimo, pérdida de habilidades previamente adquiridas, aislamiento social o disminución de la comunicación, alteraciones en el sueño, apetito o higiene personal, y aparición de conductas repetitivas. También se debe prestar atención a la disminución del interés por actividades que antes disfrutaban, la irritabilidad persistente y la apatía.

Estas señales pueden indicar la presencia de una alteración psiquiátrica que requiera una evaluación especializada.

 -¿Qué papel juega la prevención en el bienestar emocional de las personas con síndrome de Down?

La prevención es fundamental para promover el bienestar emocional. En este sentido, destaca la importancia de mantener rutinas, ofrecer apoyo emocional especialmente ante cambios o circunstancias adversas, educar sobre emociones, habilidades sociales y tolerancia a la frustración, detectar tempranamente síntomas físicos y psicológicos, y crear entornos saludables.

La prevención también implica fomentar la autonomía, la participación activa en la comunidad y el acceso a actividades significativas que refuercen la autoestima y el sentido de pertenencia.

¿Qué papel tiene la identidad en la salud mental de las personas con síndrome de Down?

El término identidad hace referencia al conjunto de características que hacen que una persona se perciba a sí misma como única y diferente de los demás.

Una identidad positiva fortalece la salud mental en cualquier individuo.  Es esencial que la persona se reconozca como digna y valiosa, tenga espacios para expresarse y ser escuchada. La construcción de una identidad sólida implica el reconocimiento y la aceptación de las propias limitaciones, así como de las capacidades de desarrollo. Cuando apoyamos a las personas con discapacidad intelectual para que desarrollen su identidad, les ayudamos a fortalecer su autoestima y, por lo tanto, su salud mental.

¿Cómo influye el entorno (asociación, centro de estudios, amigos…) en la salud mental de las personas con síndrome de Down?

El entorno tiene un impacto directo en la salud mental en cualquier individuo. Un entorno que favorezca la propia valía y dignidad de cada persona, su adaptación y aceptación con sus limitaciones y fortalezas, y el sentido de pertenencia, estimula y motiva al bienestar emocional, reduce el estrés y la ansiedad.

Los diversos entornos que tengan relación con una persona con discapacidad intelectual deberían ofrecer oportunidades en un ambiente respetuoso, accesible y enriquecedor. En este sentido, es fundamental reconocer que las personas con síndrome de Down aportan valores esenciales a la sociedad, como la empatía, la generosidad, la autenticidad, la alegría y la capacidad de generar vínculos afectivos profundos, entre otros.

¿Qué barreras existen actualmente para que las personas con síndrome de Down accedan a apoyo psicológico o psiquiátrico adaptado a sus necesidades?

Las principales barreras incluyen la escasez de recursos en términos de profesionales, centros y unidades, especializados en el ámbito de la psiquiatría y la psicología en personas con discapacidad intelectual y, en concreto, en personas con síndrome de Down.

Además, existe una falta de conciencia sobre la importancia de su salud mental, y en muchos casos no se diagnostican adecuadamente los trastornos que puedan presentar. Incluso cuando se realiza un diagnóstico, este puede ser erróneo o incompleto, lo que conlleva que no se les proporcione la modalidad de tratamiento más adecuada a sus necesidades específicas.

Bajo su punto de vista, ¿deberían formar parte habitual de los equipos de revisión médica de las personas con síndrome de Down los profesionales de salud mental?

La salud mental debería ser un aspecto integrado en el seguimiento médico habitual de las personas con síndrome de Down. No implica que todas deban ser valoradas por un especialista en psiquiatría, sino que sus médicos de referencia estén capacitados para explorar alguna posible alteración en su estado emocional.

En caso de detectar indicios de alteración, se podría valorar la derivación a psiquiatría u otros profesionales especializados, favoreciendo así una atención temprana, coordinada y adaptada a las necesidades individuales.  

¿Qué ideas clave consideras imprescindible transmitir a familias y profesionales sobre la salud mental en el síndrome de Down?

Las ideas clave incluyen que la salud mental es tan importante como la física; que las personas con síndrome de Down pueden experimentar alteraciones emocionales o del comportamiento susceptibles de ser tratadas; que la detección temprana y el apoyo adecuado marcan una diferencia.

Es fundamental promover una visión integral de la persona, que contemple sus emociones, relaciones, aspiraciones, fortalezas y limitaciones.

María del Carmen Ortega, psiquiatra especializada en síndrome de Down y miembro del Comité Médico Asesor de DOWN ESPAÑA

DOWN ESPAÑA y Multiópticas lanzan una colección de gafas diseñadas para niños con síndrome de Down

El 75 % de las personas con síndrome de Down presenta problemas visuales. Además, existe una serie de características faciales y necesidades específicas que dificultan el ajuste de las monturas al rostro de las personas de nuestro colectivo. Por esta razón, Multiópticas presenta su nueva colección de gafas “mó Kids”, desarrollada en colaboración con DOWN ESPAÑA.

Se trata de una línea de lentes infantiles diseñada para adaptarse a las necesidades de los niños con síndrome de Down: gafas más cómodas, resistentes y seguras, con puentes bajos y apoyos nasales adaptados a su fisionomía y con diseños que apuestan por la funcionalidad.

La colección “mó kids”, ya disponible bajo el lema «Diseñadas con y para ellos, para construir un futuro más inclusivo», ha sido creada a partir de un proceso de escucha activa a familias y a expertos en salud visual. Además, parte de los beneficios obtenidos con su venta se destinará a programas de DOWN ESPAÑA para mejorar la calidad de vida y la inclusión de las personas con síndrome de Down en nuestro país.

En palabras de Agustín Matía, director gerente de DOWN ESPAÑA, “la incidencia de patologías visuales en las personas con síndrome de Down es mayor que en el resto de la población y, muy a menudo, con una evolución más rápida. Por eso, cualquier apoyo para mejorar su funcionalidad será clave en su bienestar en su inclusión”

“Estamos muy agradecidos a Multiópticas por su implicación en esta iniciativa, que supondrá un avance importante en el bienestar y en la mejora de la salud visual de los menores de nuestro colectivo”, añade Matía.

Por su parte, Salomé Suárez, directora de Corporativo y Fundación Multiópticas, señala que esta colaboración ofrece “una solución real y tangible”. “No se trata solo de diseñar gafas, sino de derribar barreras. Estamos orgullosos de que nuestro conocimiento pueda contribuir directamente a la autonomía y felicidad de los más pequeños», señala.

Desde DOWN ESPAÑA, animamos a las familias de niños con síndrome de Down que necesiten gafas a conocer esta colección pensada y diseñada para ellos.

María Carmona: “Las personas con síndrome de Down han sido excluidas de los ensayos clínicos de tratamientos para el Alzheimer”

La enfermedad de Alzheimer afecta a más del 85% de las personas con síndrome de Down a partir de los 65 años. Por ello, desde DOWN ESPAÑA, en el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra este domingo 21 de septiembre, insistimos en la necesidad de proporcionar a las personas del colectivo estrategias y hábitos saludables para retrasar, en la medida de lo posible, la aparición de los primeros síntomas y recordamos la importancia de la investigación, pues solo gracias a ella será posible prevenirla, tratarla y mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familias.

Entrevistamos a María Carmona-Iragui, neuróloga del Centro Médico Barcelona Down de la Fundació Catalana Síndrome de Down e investigadora de la Unidad de Memoria del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, para saber más sobre las investigaciones que se están llevando a cabo en relación al Alzheimer y al síndrome de Down a nivel internacional y en el equipo de la experta.


– ¿Cuáles han sido los últimos hallazgos relevantes sobre la relación entre el síndrome de Down y el Alzheimer?

Hoy sabemos con certeza que prácticamente todas las personas con síndrome de Down desarrollarán la enfermedad de Alzheimer (EA) si viven lo suficiente. La causa está en el cromosoma 21 extra, que incluye, entre otros, el gen APP (gen de la proteína precursora del amiloide), clave en la producción de la proteína beta-amiloide. Por este motivo, el síndrome de Down se considera una forma genéticamente determinada de EA.

En los últimos años, hemos podido afinar el “reloj biológico” de la EA en el síndrome de Down: las personas del colectivo comienzan a acumular proteína amiloide desde edades tempranas de la vida y, con los años, se van desarrollando los procesos de la EA, hasta que, a los 40 años, las características microscópicas de la EA ya están presentes en el cerebro de prácticamente todas las personas con síndrome de Down.

Los síntomas de la enfermedad, sin embargo, suelen ser más tardíos, apareciendo, de media, sobre los 50-55.

El desarrollo de biomarcadores, tanto bioquímicos como de neuroimagen, ha permitido caracterizar el largo proceso de la EA y ahora somos capaces de detectarla de una manera menos invasiva y más precoz.

– ¿Qué se está investigando actualmente a nivel nacional o internacional? y, ¿en vuestro equipo?

Afortunadamente, en los últimos años, el interés y la inversión en investigación en este campo ha despertado y ha permitido el desarrollo de grandes cohortes o consorcios internacionales que siguen a personas con síndrome de Down, como el DABNI, TRC-DS, ABC-DS o el Horizon, que permiten estudiar más a fondo la EA en el síndrome de Down y armonizar protocolos para trabajar de manera homogénea.

En nuestro equipo seguimos impulsando la cohorte DABNI (por sus siglas en inglés, de Down Alzheimer Barcelona Neuroimaging Initiative), una cohorte poblacional, basada en un plan de salud, que incluye más de 1100 adultos con síndrome de Down.

En este contexto, seguimos estudiando la EA a través de la caracterización clínica y cognitiva de los adultos con síndrome de Down y del desarrollo de diversos biomarcadores (bioquímicos, de neuroimagen y neurofisiológicos), solos o en combinación, con el fin de conocer mejor los distintos procesos que ocurren de la EA y poder identificar dianas terapéuticas.

También estamos colaborando de forma activa en el diseño y reclutamiento de participantes en ensayos clínicos con tratamientos modificadores de la EA y estamos poniendo en marcha un ensayo clínico independiente multicéntrico nacional.

– ¿Existen pautas o recomendaciones médicas que puedan retrasar la aparición de los primeros síntomas del Alzheimer en personas con síndrome de Down?

Actualmente, no hay una medicina que evite o cure la enfermedad, pero sí sabemos que tratar bien algunos factores, que también ocurren con frecuencia, es fundamental.

La apnea del sueño, los problemas de tiroides, la epilepsia, las limitaciones visuales o auditivas o la depresión, si no se abordan, pueden no solo confundirse con la EA, sino que podrían acelerar el deterioro cognitivo. Por eso, recomendamos no esperar a que aparezcan los problemas cognitivos y realizar evaluaciones especializadas anuales a partir de los 35 años con cribados cognitivos adaptados. Además, un estilo de vida saludable, incluyendo actividad física, dieta equilibrada, interacción social y estimulación cognitiva, puede ser beneficioso y siempre se recomienda.

– ¿Se están probando posibles medicamentos que frenen los síntomas del Alzheimer en personas con síndrome de Down?

Sí. Los ensayos clínicos dirigidos a la EA en personas con síndrome de Down han sido limitados históricamente; sin embargo, el creciente reconocimiento del riesgo casi universal de EA en el síndrome de Down ha llevado a un mayor enfoque en la investigación clínica personalizada.

El ensayo ABATE, por ejemplo, que prueba la eficacia y seguridad de un fármaco anti-amiloide, está en fase de reclutamiento a nivel mundial.

Se trata de la vacuna ACI-24, probada anteriormente en un ensayo que incluyó a pacientes con síndrome de Down. La vacuna fue segura y bien tolerada, generó la respuesta inmunológica esperada.

Por otro lado, el estudio ALADDIN (por sus siglas en inglés, de Amyloid Lowering for Alzheimer’s in Down’s Donanemab INvestigation), específicamente diseñado para personas con síndrome de Down, estudiará la seguridad y tolerabilidad del donanemab, uno de los nuevos fármacos anti-amiloide ya aprobados en Estados Unidos para el tratamiento de pacientes con EA en la población general.

Finalmente, próximamente se pondrá en marcha el ensayo LESS-AD (por sus siglas en inglés, de LEvetiracetam to prevent Seizures in adults with Down Syndrome and Alzheimer’s Disease), un ensayo clínico multicéntrico nacional, de investigación independiente, que pretende estudiar el papel de un fármaco antiepiléptico bien conocido como preventivo de crisis epilépticas en la EA sintomática en adultos con síndrome de Down.

– ¿Para cuándo se espera la comercialización de algún medicamento de ese tipo?

Los avances recientes en el tratamiento de la EA en la población general se han centrado en terapias dirigidas a la proteína amiloide, una proteína distintiva implicada en la patología de la EA.

El Lecanemab ya está autorizado en Europa desde este año, si bien todavía no ha llegado a administrarse en España, y Donanemab ha recibido una opinión positiva de la Agencia Europea del Medicamento, por lo que se espera su aprobación inminente.

Sin embargo, a pesar de su potencial, no existe evidencia para el uso de estas terapias en personas con síndrome de Down, ya que fueron excluidas de estos estudios.

Esta exclusión es especialmente preocupante dado el mayor riesgo de anomalías en las imágenes relacionadas con el amiloide (ARIA), un efecto secundario conocido de estas terapias, que, si bien no ha quedado todavía demostrado, podría verse exacerbado en personas con síndrome de Down. Por ello, es necesario realizar estudios de eficacia y seguridad específicos en población con síndrome de Down, con la monitorización necesaria, que determinen si este mayor riesgo teórico se traduce en resultados reales de ARIA.

– ¿Por qué es importante que las familias y las propias personas con síndrome de Down se involucren en los ensayos clínicos relacionados con el Alzheimer?

En primer lugar, porque su participación va mucho más allá de ser “pacientes” en un estudio o cuidadores. Cada vez, se está extendiendo más el concepto de co-investigadores refiriéndose a que los pacientes y cuidadores tengan voz en la investigación: su experiencia, sus prioridades y su visión del día a día son fundamentales para orientar la investigación hacia lo que realmente importa.

 Ellos pueden ayudarnos a definir qué cambios cognitivos o conductuales son más relevantes, qué pruebas son más fáciles de realizar o qué barreras existen para acudir a una visita.

Por otro lado, porque sin su participación e implicación no habrá datos que nos permitan saber si los tratamientos realmente funcionan en esta población. Históricamente, las personas con discapacidad intelectual han estado excluidas de la investigación, lo que ha generado una gran injusticia: justo quienes más riesgo tienen de EA son quienes menos se han beneficiado de los avances. Incluirles es, por tanto, una cuestión de equidad y de rigor científico.

– ¿Qué beneficios concretos puede aportar esa participación tanto a nivel individual como a nivel colectivo?

A nivel individual, supone un acceso temprano a diagnósticos avanzados, un seguimiento médico estrecho y, en algunos casos, la posibilidad de beneficiarse de un tratamiento prometedor.

A nivel colectivo, la participación genera conocimiento que servirá para validar biomarcadores, adaptar herramientas cognitivas y, en última instancia, acelerar la llegada de terapias efectivas para toda la comunidad con síndrome de Down.

– ¿Qué barreras suelen encontrar las familias a la hora de participar y cómo se podrían superar?

Las familias y los cuidadores pueden dudar a la hora de animar a su familiar/ persona a cargo con síndrome de Down a participar en ensayos clínicos debido a cuestiones éticas (desarrollar un poco la idea de que es complejo y una gran responsabilidad consentir participar en un ensayo clínico en nombre de otra persona porque tiene discapacidad intelectual y deterioro cognitivo).

Asimismo, las preocupaciones sobre la seguridad, la falta de confianza en las instituciones de investigación o la percepción de que la persona podría no beneficiarse directamente de la participación podrían también jugar un papel.

La retención en estudios que requieren seguimiento es igualmente difícil, especialmente en estudios a largo plazo que requieren procedimientos invasivos, visitas frecuentes o intervenciones complejas.

La participación sostenida en las actividades derivadas de un ensayo clínico en pacientes con síndrome de Down requiere la participación activa de los cuidadores, lo que puede complicarse por las exigencias de tiempo y la fatiga emocional. Apoyar a los cuidadores mediante programas específicos, actividades de extensión comunitaria y diseños de ensayos optimizados que reduzcan la carga y garanticen la calidad de los datos es esencial para mejorar la retención y la participación.

– ¿Se ha tendido a excluir a las personas con síndrome de Down de los ensayos clínicos sobre Alzheimer?, ¿Por qué?

Sí, hasta estos estudios más recientes que ya se han comentado, las personas con síndrome de Down han sido sistemáticamente excluidas de los ensayos clínicos de tratamientos para la enfermedad de Alzheimer, incluyendo los ensayos fundamentales de Lecanemab (Clarity AD) y (Donanemab TRAILBLAZER-ALZ 2), que han mostrado recientemente su eficacia en la población en general.

Si bien el diagnóstico de síndrome de Down no se incluyó como criterio de exclusión formal, la mayoría de los ensayos excluyeron a personas con discapacidad intelectual o trastornos del neurodesarrollo preexistentes, lo que indirectamente excluyó a la población con síndrome de Down.

Además, los criterios de elegibilidad relacionados con la edad, el rendimiento cognitivo o las afecciones médicas coexistentes pueden haber limitado aún más la participación.

El ensayo del Lecanemab incluyó a participantes de 50 a 90 años, y el ensayo de Donanemab incluyó a participantes de 60 a 85 años; estos rangos de edad no se corresponden con la aparición más temprana de la EA en la población con síndrome de Down, que suele comenzar en la cuarta o quinta década de la vida.

En términos más generales, la mayoría de los ensayos de EA incluyen criterios de elegibilidad por edad que no incluyen a los adultos más jóvenes con síndrome de Down, quienes presentan el mayor riesgo.

Además, las medidas de resultado utilizadas para evaluar el cambio cognitivo y funcional no están adaptadas ni validadas para personas con discapacidad intelectual. Aunque estos factores no eran criterios de exclusión formales, hicieron que la participación fuera inviable para las personas con síndrome de Down.

– ¿Qué se está haciendo actualmente para poder contar con las personas con síndrome de Down en los estudios?

Los ensayos deben implementar criterios inclusivos para ensayos clínicos, garantizando la representación de las personas con síndrome de Down y la generalización de los hallazgos a esta población.

Además, las estrategias de reclutamiento comunitario son esenciales para asegurar una amplia participación en los ensayos clínicos. La participación de las familias, los cuidadores y las organizaciones relacionadas con el síndrome de Down en el diseño y el reclutamiento de los ensayos contribuirá a generar confianza y compromiso, lo que se traducirá en mayores tasas de retención y una mayor diversidad de participantes.

También se necesitan campañas de educación pública e iniciativas de divulgación. La colaboración entre grupos de apoyo, instituciones de investigación y compañías farmacéuticas será esencial para acelerar el desarrollo de tratamientos seguros y eficaces para la EA en el síndrome de Down.

 – ¿Qué responsabilidad tienen las farmacéuticas y los organismos reguladores en garantizar esa inclusión?

Tienen una responsabilidad enorme. Las farmacéuticas deben diseñar ensayos inclusivos, con medidas adaptadas y criterios realistas y los organismos reguladores, como la EMA o la FDA, deben exigir planes de diversidad que contemplen la discapacidad intelectual en general y a las personas con síndrome de Down, precisamente por su altísimo riesgo de sufrir los síntomas de la EA.

No se trata de un gesto de buena voluntad, sino de un requisito ético y científico para que los tratamientos realmente sean para todos.

La alimentación saludable, clave para el bienestar físico y cognitivo de las personas con síndrome de Down

Según evidencian las conclusiones del estudio europeo GO-DS21, en el que participan el Hospital del Mar Research Institute y el Centro de Regulación Genómica (CRG), “una buena alimentación y el ejercicio en las personas con síndrome de Down no solo reduce las comorbilidades como la obesidad, sino que mejora la percepción cognitiva”. Así lo explicó el doctor Rafael de la Torre, del Hospital del Mar, durante la presentación del estudio en marzo de este año con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down.  

Los resultados de la investigación, en la que también participa la doctora experta en síndrome de Down y colaboradora de DOWN ESPAÑA, Mara Dierssen, indican que una dieta rica en verduras, proteínas de calidad, cereales integrales y grasas saludables es la más beneficiosa. Además, se destaca que los hábitos alimentarios de las familias influyen directamente en los de las personas con síndrome de Down. 

Teniendo en cuenta la demostrada importancia de una alimentación saludable para las personas con síndrome de Down a nivel físico y cognitivo, y que durante el verano es más complejo seguir los buenos hábitos, desde DOWN ESPAÑA, dentro de nuestra campaña ‘En verano me cuido #TanComoTú’, nos centramos estas semanas en fomentar la alimentación saludable.  

Después de haber compartido información y recursos didácticos y audiovisuales sobre consejos de salud generales idóneos para el verano, durante los próximos días, nos centraremos en difundir contenido divulgativo sobre la alimentación saludable y sus innumerables beneficios para las personas de nuestro colectivo.  

En palabras de Fernanda Albamonte, técnica de Programas de Salud de DOWN ESPAÑA, “el objetivo de esta campaña es animar a toda la familia a participar activamente en la creación de hábitos de vida saludables. Queremos que la actividad física, la alimentación equilibrada y la higiene diaria se conviertan en momentos de encuentro, aprendizaje y disfrute compartido”. 

Evitar las comidas pesadas, beber agua varias veces al día o reemplazar el consumo de bollería y alimentos ultraprocesados por opciones más saludables son algunos de los consejos clave en los que se centra ‘En verano me cuido #TanComoTú’.  

Gran parte del contenido informativo de los materiales ha contado con las aportaciones del grupo de adultos con síndrome de Down de la Red Nacional de Vida Adulta y Envejecimiento de DOWN ESPAÑA. 

Para más información sobre salud y alimentación de personas con síndrome de Down, descarga:

Down España lanza ‘En verano me cuido #TanComoTú’ para promover hábitos saludables

Según estudios publicados recientemente, las personas con síndrome de Down presentan una mayor predisposición a padecer obesidad, diabetes y algunas comorbilidades asociadas; factores que afectan directamente a su salud física. Otras investigaciones, también confirman que las personas del colectivo tienen un riesgo muy elevado de desarrollar Alzheimer de forma precoz por circunstancias biológicas y genéticas que existen en el cromosoma 21. Se estima que a partir de los 50-60 años más del 90% de ellas padecerán esta enfermedad.

Teniendo en cuenta ambas realidades y que la época estival, en ocasiones, dificulta el mantenimiento de rutinas de bienestar, desde DOWN ESPAÑA lanzamos una nueva campaña de promoción de la salud de las personas con síndrome de Down centrada en la mejora de la calidad de vida y en cómo esta influye en la prevención de la aparición de los primeros síntomas del Alzheimer.

Bajo el lema “En verano me cuido #TanComoTú”, con esta iniciativa buscamos fomentar hábitos saludables en la vida de las personas con síndrome de Down, ya que la evidencia científica demostrada en el proyecto europeo GO-DS21 muestra que la eficacia de acciones preventivas, como una buena alimentación y la práctica de ejercicio físico, es relevante para reducir diferentes afecciones y mejorar la función cognitiva para retrasar el inicio o la progresión del Alzheimer.

Por esta razón, nuestra nueva campaña, que ha contado con las aportaciones de un grupo de adultos con síndrome de Down de la Red Nacional de Vida Adulta y Envejecimiento de DOWN ESPAÑA, pone el foco en tres pilares fundamentales: la actividad física, hábitos de higiene personal y la alimentación saludable.

Entre otras recomendaciones esta campaña, destaca la importancia de realizar actividad física moderada y adaptada a la edad y capacidad de cada persona, cada día o varias veces a la semana, pues el ejercicio mejora el desarrollo motor y el bienestar emocional y social.

Por otro lado, para llevar una alimentación equilibrada es esencial mantener una dieta rica en verduras, proteínas de calidad, cereales integrales y grasas saludables, que se asocian con mejores resultados en salud y función cognitiva.

Por último, los expertos señalan que las acciones relativas a la higiene personal, como mantener rutinas de autocuidado y actividades que estimulen el cerebro, son muy relevantes para preservar la autonomía, prevenir infecciones y fomentar el bienestar general.

Para Fernanda Albamonte, técnico de Programas de Salud de DOWN ESPAÑA, “estas recomendaciones generales, que ayudarán a mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down y a retrasar los primeros signos del Alzheimer, deben ser personalizadas y sostenidas a lo largo del tiempo. Además, es esencial que cuenten con la implicación de las familias y los profesionales que acompañan a las personas con síndrome de Down para que estas puedan asumirlas en su vida cotidiana”.

Cada uno de los ejes de “En verano me cuido #TanComoTú” contará con una serie de contenidos informativos, entrevistas y materiales audiovisuales, que serán difundidos en la página web de DOWN ESPAÑA (sindromedown.org) y en sus redes sociales durante los meses de junio, julio y agosto.

Esta campaña de promoción de la salud de las personas con síndrome de Down cuenta con la colaboración del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

Para más información sobre salud de personas con síndrome de Down, descarga:

Entrevistamos al médico que “sabe hablar Down”

Entrevistamos al Dr. Fernando Moldenhauer, responsable de la Unidad de atención a adultos con síndrome de Down del Hospital Universitario de la Princesa (Madrid), para saber más sobre la realidad actual y futura de la salud de los adultos con esta discapacidad intelectual.

Durante la entrevista, el Dr. Moldenhauer nos cuenta por qué decidió empezar a trabajar con adultos con síndrome de Down, cómo surge la Unidad que dirige en el Hospital de la Princesa y  qué implica cuidar la salud de las personas adultas con síndrome de Down.

El envejecimiento precoz del colectivo y, sobre todo, las implicaciones que tiene el desarrollo del Alzheimer en los adultos con Down -el 100% de las personas con síndrome de Down, por circunstancias estrictamente biológicas y genéticas que existen en el cromosoma 21, desarrollaran Alzheimer a partir de los 50-60 años- centran buena parte de una entrevista en la que el Dr. Moldenhauer nos da algunas claves para entender mejor la etapa adulta de las personas con síndrome de Down.

En la entrevista, Fernando Moldenhauer nos cuenta también que, en estos momentos, están participando en el primer ensayo clínico de un fármaco anti alzheimer y se muestra confiado en que pronto haya resultados satisfactorios “para un colectivo que es el más afectado por esta enfermedad”. El doctor cree firmemente que en cinco o diez años el Alzheimer tendrá un tratamiento eficaz y, probablemente, para las personas con síndrome de Down ese tratamiento pueda llegar incluso antes.

No te pierdas la entrevista con el médico que, como le dijo la madre de una paciente, “sabe hablar Down”.

Nace el Plan Español del Cerebro

Esta mañana ha tenido lugar la presentación del Plan Español del Cerebro. DOWN ESPAÑA ha participado como organización miembro del Consejo Español del Cerebro.

El acto ha contado con la presencia de Eva Ortega, secretaria general de Investigación del Ministerio de Ciencia Innovación y Universidades; Pedro Gullón, director de Salud Pública del Ministerio de Sanidad; Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial; Mara Dierssen, presidenta del Consejo Español del Cerebro; Mara Parellada, presidenta de la Comisión Nacional de Psiquiatría Infanto-Juvenil y Álvaro Hidalgo, presidente de la Fundación Weber.

Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), ha iniciado la jornada y dado la bienvenida. Ha destacado algunos datos sobre la población afectada por trastornos cerebrales en nuestro país -por encima del 43%-, y ha insistido en la “creciente preocupación por la salud mental en España, especialmente, en la de los adolescentes”.

La secretaria general de investigación, Eva Ortega, ha destacado que la presentación del Plan es “mucho más que el lanzamiento de una estrategia porque se trata de un Plan para abordar uno de los retos más importantes que tenemos en nuestro tiempo”. Ortega ha señalado que “el 25% de la población va a tener a lo largo de su vida un trastorno mental por lo que, hablar del cerebro, es hablar de salud mental, pero, sobre todo de dignidad y de derechos”. La secretaria general de investigación ha señalado que el Plan Español del Cerebro es un “compromiso político, ético y humano con el bienestar de nuestra sociedad y un acto de responsabilidad colectiva”

Pedro Gullón, director general de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad, ha insistido en “la importancia de poner el foco de la salud también en las políticas que no sean sanitarias”. Ha señalado que, desde el Ministerio de Sanidad “se está trabajando mucho en términos de prevención y calidad asistencial”.  

La neurobióloga Mara Dierssen, presidenta del Consejo Español del Cerebro, ha iniciado su intervención señalando que “el cerebro es nuestro bien más preciado. Es lo que nos hace humanos, nuestro motor de futuro. Sin salud cerebral no hay bienestar, no hay autonomía, no hay innovación. Y sin investigación no hay futuro”.

Dierssen ha destacado que “la prevalencia de trastornos cerebrales es hoy en día muy elevada y es previsible que vaya a aumentar en los próximos años. En consecuencia, la inversión que debe hacerse en salud cerebral debe ser proporcional al impacto real que tiene en la población”. Por ello, la investigadora ha señalado “estamos a disposición de las instituciones para ayudarles a definir las nuevas políticas relacionadas con la salud cerebral que se quieran impulsar y para mejorar las existentes”. “La salud cerebral no ha sido hasta ahora una prioridad política pero ahora necesitamos que lo sea porque la salud cerebral no es solo una cuestión médica sino una cuestión de futuro”, ha afirmado.

Además, la experta ha resaltado la importancia de la investigación: “no podemos mejorar la atención a los pacientes ni los tratamientos, sin conocer el funcionamiento del cerebro. Debemos tener las claves para poder prevenir, porque la prevención es fundamental ya que, hasta un 30% de los trastornos cerebrales, se podrían evitar con una buena prevención. Por ello -ha afirmado Dierssen- tenemos que invertir en tratamiento y garantizar el acceso equitativo de toda la población, independientemente de sus circunstancias personales, sociales o económicas, no pude ser que la atención dependa del código postal”.

“Queremos una España donde la salud cerebral sea un derecho y no un privilegio y donde la investigación sea una prioridad sostenida, no una excepción puntual”, ha concluido la neurobióloga.

La Dra. Mara Parellada, presidenta de la Comisión Nacional de Psiquiatría Infanto-Juvenil, ha presentado el contenido y alcance del Plan Español del Cerebro no sin antes mencionar que “por cada persona que tiene un trastorno neurológico hay varias personas comprometidas con lo que, al final -ha asegurado- toda la población española se ve afectada”.

Parellada ha enumerado los cinco ejes clave sobre los que el Plan Español del Cerebro plantea su estrategia para transformar el abordaje de las enfermedades cerebrales en España.

Estos son:

-Datos y evaluación del impacto.

-Atención clínica equitativa y sostenida.

-Impulso a la investigación neurocientífica.

-Promoción y prevención de la salud cerebral

-Participación del paciente y la sociedadr

La presentación ha concluido con las palabras de Álvaro Hidalgo, de la Fundación Weber. Ha centrado su intervención en el impacto económico que tienen las enfermedades cerebrales. Hidalgo ha señalado que “la salud cerebral es importante, también, desde el punto de vista económico. Si no lo medimos adecuadamente, no lo abordaremos ni le daremos la importancia que tiene”.

El acto ha finalizado con un llamamiento a las administraciones públicas, al sector privado y a la sociedad civil para sumar esfuerzos en la implementación de esta estrategia y con la petición de que el Plan se traduzca en políticas efectivas y sostenibles.

Un Plan que también impulsa la salud cerebral de las personas con síndrome de Down y su mejor envejecimiento.

Desde DOWN ESPAÑA, celebramos la aprobación de este Plan del Cerebro porque además de actuar como un marco estratégico, integrador y basado en la evidencia, representa una oportunidad clave para visibilizar y seguir impulsando las áreas fundamentales de la vida de las personas con síndrome de Down. Desde la atención temprana y su impacto en el neurodesarrollo, hasta el fomento de habilidades funcionales y hábitos de vida saludables y la enfermedad del Alzheimer, que tiene una alta prevalencia en las personas de nuestro colectivo.

Este plan visibiliza la necesidad de un enfoque holístico y personalizado, que contemple las múltiples variables contextuales que inciden en el desarrollo de las personas y que permita avanzar hacia una verdadera inclusión en salud y calidad de vida para las personas con síndrome de Down y sus familias.

Accede al Plan Español del Cerebro haciendo click aquí.

Actualización de información médica sobre el síndrome de Down

Los doctores José María Borrel, María del Carmen Ortega, Francisco Tomás, Fernando Moldenhauer y Rafael Fernández-Delgado, miembros de nuestro Comité Médico Asesor, han publicado en la revista científica Science Direct una actualización sobre la práctica médica de pacientes con síndrome de Down.

En ella, los expertos detallan información médica dirigida a profesionales sanitarios sobre la salud de las personas con síndrome de Down en las diferentes etapas de sus vidas.

Además, el diagnóstico, la salud mental y las últimas investigaciones relacionadas con las expectativas de futuro de las personas del colectivo son otros asuntos destacados en la publicación, que ha contado con la colaboración de la Dra. Pilar López, el Dr. Eduardo Moreno, también miembros del Comité Médico Asesor de DOWN ESPAÑA, Lic. Fernanda Albamonte, técnico de Programas de Salud de DOWN ESPAÑA, el Dr. José Antonio Salvador, de la Universidad de Zaragoza y el sociólogo Agustín Huete de la Universidad de Salamanca).

El resumen de la actualización descrita está disponible en este enlace (durante 50 días): https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1134207225000568#preview-section-snippets

Down España y la AEC se unen para mejorar la atención sanitaria de las personas con síndrome de Down

«El síndrome de Down no es una enfermedad, sino una condición genética que puede implicar la prevalencia de numerosas enfermedades y dolencias asociadas en muchas personas. Por ello, requiere un acento médico muy relevante”, indica Agustín Matía, director gerente de DOWN ESPAÑA.

Teniendo en cuenta esta realidad, desde DOWN ESPAÑA trabajamos en convenios con colectivos médicos que ayuden a mejorar la atención sanitaria de las personas con síndrome de Down y sus familias. Uno de ellos es el acuerdo de colaboración que hemos formalizado con la Asociación Española de Cirujanos (AEC) para promover la inclusión de las personas con síndrome de Down en el ámbito de la cirugía y mejorar su acceso a una atención sanitaria de calidad.

Este convenio establece un marco de cooperación para el desarrollo de actividades conjuntas, como la elaboración de materiales educativos accesibles, claros y comprensibles, dirigidos tanto a pacientes como a profesionales sanitarios, con el fin de fomentar la sensibilización, eliminar barreras comunicativas y mejorar la atención centrada en la persona.

Además, contempla la formación continua y especializada de los profesionales del ámbito quirúrgico, con el objetivo de garantizar un trato digno, seguro y adaptado a las necesidades específicas de las personas con síndrome de Down.

Asimismo, el acuerdo incluye el impulso de iniciativas que promuevan la autonomía, la participación activa y la plena inclusión de estas personas en todos los entornos, con especial atención al ámbito sanitario y quirúrgico.

“Para la Asociación Española de Cirujanos, establecer un acuerdo con Down España significa una gran oportunidad para seguir una de las líneas de trabajo que más nos interesan: el contacto con nuestros pacientes, conocer sus opiniones e inquietudes, intercambiar información y hacer que la cirugía se acerque cada vez más a los pacientes que la necesitan« señala Salvador Navarro, presidente de la AEC.

Por su parte, Agustín Matía, director gerente de Down España, destaca que «la importancia de este tipo de acuerdos descansa en la capacidad de que la sociedad civil (organizaciones de pacientes y de familias de personas con discapacidad) pueda participar, implicarse y ayudar a mejorar la atención médica a las personas vulnerables. Poder asegurar un papel activo de los pacientes ayuda a fortalecer la confianza en la profesión médica, algo esencial en discapacidades como el síndrome de Down”. 

“Muy habitualmente desde el ámbito médico se ve al síndrome de Down y a la persona con síndrome de Down a la luz del diagnóstico médico y del prejuicio. Debemos cambiar este enfoque tan limitado. La persona con síndrome de Down es un paciente diferente en muchos aspectos, pero su singularidad no debe esconder su humanidad. Acuerdos de este tipo facilitan que el factor humano personal sea la faceta dominante en su atención médica y en su paso por nuestros hospitales… como debe ser”, añade Matía.

Además, el doctor José Luis Muñoz, coordinador del Grupo de Relación con los Pacientes de la AEC, asegura que “en los últimos años, hemos visto cómo la propia legislación española ha evolucionado hacia una posición mucho más inclusiva y de respeto por la autonomía de las personas con síndrome de Down y, en general, con discapacidad intelectual. Desde la Asociación Española de Cirujanos, hemos querido acercarnos a ellas y apoyarles para lograr alcanzar esta autonomía, permitiéndoles ser partícipes activos en todas las decisiones que afecten a su salud. Para ello, creemos que es fundamental mejorar la accesibilidad de la información médica. También creemos que será importante realizar un trabajo de sensibilización y formación entre los profesionales, para aportar recursos y habilidades que les faciliten la atención sanitaria de estos pacientes. Por último, cabe reseñar que estamos trabajando en la misma línea con personas con discapacidad auditiva y visual”.

Con este convenio, tanto la AEC como Down España reafirman su compromiso con la inclusión, la equidad y la mejora continua de la atención sanitaria, trabajando conjuntamente para construir un sistema más accesible, justo y respetuoso con la diversidad.

Garantizar el derecho a la salud de las personas con síndrome de Down exige unidades médicas especializadas

Desde hace casi dos décadas, el Hospital Universitario de La Princesa de Madrid cuenta con una Unidad de Atención a Adultos con Síndrome de Down, referente nacional cuyo modelo ya se está replicando en otros hospitales de España.

Según nos explica su responsable, el médico internista Fernando Moldenhauer, esta unidad, que ofrece una atención integral a más de 300 pacientes al año, surgió sin la intención de marcar un hito. “No intentamos hacer algo que no hubiera hecho nadie, sino que pensamos que era útil y nos dimos cuenta de que era una iniciativa pionera que no existía ni en España ni, probablemente, en el resto del mundo. Era una experiencia única”.

La utilidad de esta unidad específica y de aquellas que siguen su ejemplo se basa en que las personas con síndrome de Down “tienen suficiente complejidad médica como para requerirlas, al igual que sucede en muchos otros casos como con el VIH o enfermedades raras”, afirma Moldenhauer.

“No debemos poner calificativos antes de que un paciente entre a la consulta. Es decir, si entra ya diagnosticado, habremos escogido un camino antes de tiempo. Sin embargo, es cierto que las personas con síndrome de Down tienen una condición genética que puede conllevar una serie de problemas de salud y sus circunstancias son las que llevan en su “mochila”, como lleva cualquier otro paciente que acude a una consulta”, argumenta el experto.

De acuerdo con las palabras de Moldenhauer, en un servicio de salud público debe darse “la justicia distributiva”, un principio que de inicio defiende que a cada persona se le ofrezca lo que realmente necesita. “Esa es la piedra angular de nuestro sistema sanitario porque, si no fuera así, no habría personas en diálisis, que es enormemente cara, por ejemplo. Si una persona con síndrome de Down necesita unas determinadas atenciones desde el punto sanitario deben dársele, independientemente de lo que eso cueste”, añade.

Por otro lado, el notable aumento de la esperanza de vida de las personas con síndrome de Down exige una adaptación del sistema sanitario para garantizar su derecho a una atención médica de calidad.

En definitiva, Moldenhauer y el doctor Diego Real de Asúa, también responsable de la Unidad del Hospital de La Princesa, reivindican la necesidad de estas unidades de referencia en las que no solo se tratan patologías atendidas por el especialista correspondiente, sino que también se realiza un seguimiento personalizado y se adapta el entorno hospitalario para que sea accesible, humano y respetuoso con sus necesidades. Es decir, son consultas que funcionan como «puerta de entrada» en las que profesionales médicos con conocimiento experto del síndrome de Down atienden, derivan y orientan al especialista médico correspondiente que les trata de forma inclusiva y normalizada dentro del sistema hospitalario.

Afortunadamente, en los últimos años, varios hospitales han puesto en funcionamiento consultas dedicadas a la salud de las personas adultas con síndrome de Down.

En Málaga, el Hospital Regional Universitario acaba de anunciar una unidad multidisciplinar, liderada por el servicio de Medicina Interna, con el objetivo de mejorar la prevención y detección precoz de enfermedades asociadas a este colectivo.

Por su parte, en La Rioja, el Servicio Riojano de Salud (SERIS) está implementando un circuito de atención médica específico para adultos con síndrome de Down para facilitar la detección temprana de problemas de salud asociados al síndrome con un protocolo de derivación a Medicina Interna y Neurología. ​

Desde DOWN ESPAÑA, consideramos prioritaria la creación de consultas especializadas como las mencionadas para brindar una atención médica integral y adaptada a las personas adultas con síndrome de Down para atender sus necesidades particulares y mejorar así su calidad de vida. Además, estas consultas favorecen el aumento del conocimiento clínico experto del síndrome de Down y facilitan el diagnóstico de patologías comunes.

Publicaciones recomendables sobre la salud de las personas con síndrome de Down:

Cuidados de enfermería en las personas con síndrome de Down

Programa Español de Salud de personas con síndrome de Down

Mi salud primero: consejos para una vida sana, dirigida a personas con síndrome de Down.

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