¿Existe hoy en día una posibilidad real de “curar” el síndrome de Down?

En las últimas semanas, la comunidad Down (el conjunto de familias y organizaciones que trabajamos por el síndrome de Down) hemos vivido un pequeño revuelo por la noticia de que investigadores japoneses de la Universidad de Kobe habían conseguido silenciar en laboratorio (células in vitro) el cromosoma triplicado del par 21.

En concreto, la investigación partió de células de la piel de una persona con trisomía 21. Se eligió uno de los cromosomas como portador para su eliminación con tecnología CRISPR-Cas9 (una herramienta molecular capaz de editar y cortar las moléculas de ADN en lugares específicos). Los resultados obtenidos fueron prometedores, tanto en lo que respecta a la eliminación del cromosoma 21 elegido, como por no observarse errores cromosómicos notables. Aun así, el equipo de investigadores subrayó que este enfoque todavía está lejos de ser viable para su uso en seres humanos y que el rendimiento de esta tecnología es bajo respecto a lo deseado para una herramienta que persigue fines de aplicación clínica.

Con bastante ligereza, diferentes medios de comunicación titularon la investigación y el avance científico como una cura del síndrome de Down, lo cual explica el revuelo provocado.

La trisomía 21, o síndrome de Down, es una condición genética caracterizada por la presencia de un cromosoma 21 adicional. Este cromosoma extra afecta al desarrollo físico y cognitivo, provoca una discapacidad intelectual asociada, causa retrasos en el aprendizaje, problemas de salud y otras complicaciones. Conviene tener presente que la causa o causas últimas todavía no son conocidas, es decir, seguimos sin conocer la causa que origina el síndrome de Down.

En los últimos años diferentes investigaciones han obtenido avances cara al posible silenciamiento de los principales genes implicados en el deterioro cognitivo o en la eliminación (en células in vitro) de uno de los tres cromosomas triplicados, y han abierto la puerta a que futuros progresos puedan llegar a aplicarse in vivo, tanto en terapia celular a células del embrión humano como a personas nacidas en pleno desarrollo.

Hay que recordar que el síndrome de Down no afecta en origen a un gen o unos pocos genes implicados (como sucede en la mayor parte de las enfermedades raras). Se da una triplicación en los 300 a 400 genes del cromosoma 21 (de los cerca de 21.000 genes que contiene el genoma humano completo) que es el de menor contenido genético del genoma. Además, varias investigaciones han confirmado que el impacto de la triplicación provoca perturbaciones que afectan apreciablemente al resto del genoma, no sólo a los genes del cromosoma 21.

Pero ante todo… ¿qué significa “curar” el síndrome de Down?

Reducir o eliminar todas las manifestaciones que acompañan la trisomía 21 y corregir las disfunciones que genera esta anomalía genética, es un deseo loable, compartido por investigadores, familias y (seguramente) por las propias personas con síndrome de Down. Conseguir anular unos cuantos genes o una multitud de ellos en experimentos de laboratorio abre perspectivas para intervenciones futuras que pudieran reducir o incluso eliminar las manifestaciones (clínicas, médicas o físicas) asociadas a la trisomía 21. Este horizonte (lejano y a lo mejor incluso imposible) es, sin embargo, una esperanza ilusionante para todas aquellas personas que son plenamente conscientes de los hándicaps que van asociados a la condición humana del síndrome de Down, tan marcada por su biología y naturaleza genética.

No obstante, a día de hoy desconocemos el alcance práctico que podrían tener estas tecnologías en un ser humano desarrollado por completo: ¿esta terapia génica eliminaría su discapacidad intelectual asociada?, ¿mejoraría su memoria?, ¿eliminaría sus rasgos físicos tan característicos?, ¿les haría crecer en altura y disminuir en obesidad?, ¿transformaría su cerebro, su forma de interpretar el mundo?, ¿mejoraría su lenguaje, su autocontrol emocional, sus habilidades de planificación ejecutiva?, ¿reduciría su empatía, sus habilidades emocionales?, ¿reduciría su prevalencia al Alzheimer?, ¿cambiaría su actual protección frente al cáncer, los ictus o los ataques al corazón?… Tampoco sabemos bien el alcance de mejora sobre las personas con síndrome de Down ya biológicamente constituidas: ¿cómo afectaría?, ¿hasta qué punto revertiría su fisiología, su comportamiento, su psicología…? Demasiadas preguntas, dudas e inconcreciones todavía.

Es poco razonable esperar que una transformación genética conlleve un cambio absoluto. E indudablemente es ingenuo pensar de forma simple en quitar el síndrome de Down. Parece más lógico pensar que estas vías de investigación y avance genético podrían llegar a proporcionar, a su tiempo y una vez se confirme su viabilidad, mejoras en grupos de células especializadas precisas para aplicaciones concretas. Y mucho más, siendo conscientes del enorme coste y complejidad que tienen y tendrán durante mucho tiempo las actuales técnicas de edición génica; factor con el que hay que contar.

Así que, bienvenida sea esta investigación. Ojalá que futuros avances nos abran más posibilidades, pero, como siempre en relación al síndrome de Down: sensatez, cautela y mirada larga. Centrémonos en pensar cómo avanzar y mejorar hoy la vida real de las personas con síndrome de Down y dejemos que las utopías por venir sobre la cura génica del síndrome de Down vayan convirtiéndose progresivamente en hechos. El viejo saber popular de “más vale pájaro en mano que ciento volando” aquí nos aportará tranquilidad y perspectiva.

Agustín Matía. Director gerente de DOWN ESPAÑA

José Mª Borrel. Asesor médico de DOWN ESPAÑA

Para más información, disponible una versión extendida de este artículo haciendo click aquí.

DOWN ESPAÑA colabora en una investigación sobre alteraciones inmunológicas en síndrome de Down y pide la participación de las familias

Las personas con síndrome de Down tienen una mayor predisposición a tener enfermedades autoinmunes que el resto de la población. Además, un gran porcentaje de ellas tiene infecciones recurrentes. Por ello, el sistema inmune de las personas del colectivo es un asunto muy relevante que ocupa gran número de investigaciones científicas.

Por otro lado, hace unos años, se identificó un grupo de pacientes con una enfermedad del sistema inmune llamada “Ganancia de función STAT1”, que presentan unos síntomas similares a los de las personas con síndrome de Down. Recientemente, se ha hallado un tratamiento eficaz para ese grupo de pacientes que controla varios síntomas derivados de las alteraciones del sistema inmune: los llamados inhibidores JAK/STAT (baricitinib y ruxolitinib).

Teniendo en cuenta dicho descubrimiento, una red de investigadores del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y la Universidad Villanueva de Madrid se cuestionó si podría ser dicho tratamiento una opción para tratar también a las personas con síndrome de Down y alteraciones inmunológicas importantes.

Para despejar la incógnita, los expertos de ambas entidades se encuentran impulsando un proyecto de investigación sobre la respuesta inmunitaria en niños y jóvenes con síndrome de Down, que cuenta con el apoyo y colaboración de DOWN ESPAÑA y la Fundación Jérome Lejeune España.

Los objetivos del proyecto son: conocer con exactitud la frecuencia y gravedad de estas alteraciones inmunológicas en personas con síndrome de Down, comprender los mecanismos por los cuales se desarrollan estos síntomas y descubrir nuevos tratamientos que permitan mejorar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down y alteraciones inmunológicas importantes.

Cuatro fases de investigación
El estudio está divido en cuatro etapas diferenciadas en las que es indispensable contar con la colaboración de las familias:
-Recogida de datos: se pedirá a familias rellenar un cuestionario clínico y una escala de calidad de vida sobre las personas con síndrome de Down entre 4 y 21 años.
-Análisis de datos: después de analizar los datos obtenidos, se solicitará la colaboración voluntaria de algunos perfiles seleccionados a los que se extraerá una pequeña muestra de sangre para análisis. El equipo contactará a las familias seleccionadas.
-Estudio inmunológico: se realizará un análisis en detalle de la vía del interferón en las células de las muestras y del efecto del baricitinib en las mismas. Además, se realizará una novedosa técnica para conocer qué genes se expresan en cada célula individual (SingleCell-RNAseq).
-Evaluación: combinando los resultados se intentará entender mejor el síndrome de Down e identificar perfiles para nuevos tratamientos.

¿Cómo pueden participar las familias de personas con síndrome de Down?
Si tu familiar con síndrome de Down tiene entre 4 y 21 años, puedes rellenar el cuestionario a través de este enlace:
CUESTIONARIO SALUD CdV NIÑOS Y JÓVENES CON SD – 1/29
Rellenar el formulario suele llevar unos 20 minutos. Recomendamos no suspenderlo y hacerlo de principio a fin en el momento.

Desde DOWN ESPAÑA, animamos a las familias de personas con síndrome de Down de la edad indicada a participar, pues su colaboración es absolutamente necesaria en esta investigación que esperamos traiga como resultado un tratamiento eficaz para las personas con síndrome de Down y alteraciones inmunológicas.


¡Muchas gracias por vuestra participación!

DOWN ESPAÑA y T21RS renuevan su alianza para impulsar la investigación sobre el síndrome de Down

La Sociedad Científica Internacional T21RS, una de las principales organizaciones dedicadas a la investigación sobre el síndrome de Down, y DOWN ESPAÑA han firmado un convenio con el objetivo de fomentar la investigación y avanzar en el conocimiento sobre la trisomía 21.

Con este acuerdo, ambas entidades refuerzan su compromiso de mejorar la vida de las personas con síndrome de Down a través de la ciencia. Además, DOWN ESPAÑA se consolida como una de las entidades patrocinadoras de la reconocida sociedad científica, cuyo trabajo se centra en promover la investigación clínica sobre el síndrome de Down. Entre sus acciones clave, también destacan la organización de conferencias internacionales y el desarrollo de protocolos clínicos.

Un compromiso con el futuro de la investigación

Durante los últimos años, DOWN ESPAÑA ha participado en proyectos de relevancia en colaboración con T21RS, como el análisis de las consecuencias del COVID-19 entre las personas con trisomía 21.

Según explica Agustín Matía, director de DOWN ESPAÑA: Nos enfrentamos a una época en la que la investigación del síndrome de Down va siendo más relevante y de un impacto decisivo para los próximos años en relación a la prolongación de la vida y calidad de vida de las personas con síndrome de Down”.

Desde DOWN ESPAÑA agradecemos la oportunidad de poder formar parte de un proyecto tan relevante para el colectivo de las personas con síndrome de Down y sus familias.

Más información sobre la investigación sobre la COVID 19, disponible haciendo click aquí: DOWN ESPAÑA manifiesta que la vacuna ante la COVID-19 para las personas con síndrome de Down es segura

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