«Me gustaría encontrar un empleo estable que me permita tener dinero para poder independizarme»
«Dicen que no sabemos hablar. Y que no tenemos capacidad para aprender. Que no podemos salir de fiesta, tener novia y, tampoco, trabajar. Dicen que no podemos vivir solos. No saben lo que dicen». Este mensaje, lanzado por un grupo de usuarios de DOWN CORUÑA en el cortometraje Dicen –con el que la entidad coruñesa llegó a la final del concurso nacional «Un minuto. Yo Como Tú»– pretende tumbar los falsos mitos que todavía existen en la sociedad en torno a la discapacidad intelectual. Pablo Candal Barbeito y Bruno Daniel Capobianco, dos de los protagonistas de ese vídeo -y que además participan en los programas del área de vida adulta de la asociación-, son el mejor ejemplo para demostrar que las personas con síndrome de Down son «tan diferentes como el resto». Ni más, ni menos.
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Bruno y Pablo en la sede de DOWN CORUÑA. |
A sus 26 años recién cumplidos, Pablo tiene un currículum a sus espaldas que ya quisieran para sí muchos jóvenes de su edad. Ha trabajado en una gasolinera, ha realizado un curso de jardinería, ha hecho prácticas de recepción en la propia sede de DOWN CORUÑA, en la Refinería de Repsol y en el Ayuntamiento coruñés y, en la actualidad, lleva casi un año como empleado en Zara. «Al principio estaba en el almacén, pero hace algún tiempo me trasladaron a la segunda planta, donde me encargo de colocar las etiquetas a las prendas, doblarlas, etc.», explica Pablo, quien reconoce estar «encantado» con su labor y, por supuesto, también con sus compañeros. «Me caen todos muy bien», señala.
Pese a tener un par de años menos que su compañero, Bruno también ha hecho ya sus pinitos en el mundo laboral. Durante el pasado verano realizó un curso de ayudante de cocina en la Escuela de Hostelería San Javier y, al igual que Pablo, ha estado de prácticas en la Refinería de Repsol. «Me gustaría encontrar un empleo estable que me permita tener dinero para poder independizarme», explica este joven, quien siempre ha deseado poder irse a vivir solo. «En su casa hace de todo: limpia, cocina, friega los platos… Por eso fue el primero en apuntarse al programa de Vida Independiente. Además, cuenta con el total respaldo de su familia», subraya la directora de Programas de DOWN CORUÑA, Beatriz Peña.
Pablo no lo tenía tan claro cuando le plantearon participar en el mismo programa que a Bruno. «Al principio me puse un poco nervioso, no sabía con lo que me iba a encontrar. Fueron mis padres quienes me animaron a dar el paso; estaban ilusionados y por eso les hice caso», explica. «Ahora que ya hemos estado varias veces en el piso, e incluso hemos pasado algunas noches, he ido perdiendo poco a poco mis miedos», añade este joven.
Preguntados sobre cómo sueñan verse en un futuro, los dos jóvenes coinciden en que les gustaría tener un trabajo fijo e independizarse. «A mí me gustaría alquilar un apartamento e irme a vivir a él yo solo», comenta, convencido, Bruno. El planteamiento de Pablo es algo diferente. «Yo preferiría convivir con un amigo y más tarde, si conozco a una chica que me guste, pues irme a un piso con ella», comenta el joven, quien, como cualquier chico de su edad, reconoce que ya ha tenido «alguna novia».
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