Este año, nuestro Encuentro Nacional de Familias fue en Zaragoza. Nos encontramos de nuevo, un año más, y ya es el 25. Este evento ya es un hecho consolidado y estructural.  El mayor acontecimiento de Down España, junto con el 21 de marzo, Día Mundial del Síndrome de Down.

Que alegría nos produce volver a ver a muchas familias que repiten año tras año y para las que el Encuentro es un hito importante en su vida. (Es de justicia remarcar que hay, al menos, una familia de Down España que ha acudido a todos los Encuentros). Pero este año también ha habido mucha asistencia de nuevas familias y sobre todo hemos visto muchos niños pequeños que nos recuerdan aquellos primeros Encuentros donde los que ahora ya son adultos con síndrome de Down, eran niños. Han crecido y se han hecho personas responsables y que ejercen sus derechos y sus deberes, como un ciudadano más.

El Encuentro es siempre un momento para recargar las pilas, para sentir que no estamos solos, que muchas más familias a nuestro alrededor y también en sus casas están en la misma lucha que nosotros por conseguir una mejor vida para nuestros hijos con síndrome de Down. Sentimos también que los hermanos, que forman parte de las familias, están ahí apoyando, con su vivencia diaria y realista de las personas con síndrome de Down, sus hermanos.

En el acto inaugural remarqué la importancia de las familias como motor de todos los cambios que se han producido en la mejora de la vida de nuestros hijos. No tengo ninguna duda de que nada se nos da, por parte de las administraciones o de la sociedad, si no lo demandamos, lo exigimos y lo luchamos hasta conseguirlo. Ese trabajo debe continuar en nuestras propias familias y de cara al exterior, reivindicando, hasta conseguirlo, aquello que creemos que es justo.

Creo que a todos nos impactó la letra de la jota final del espectáculo de la inauguración. Aparte de lo bello y emotivo del momento, el mensaje de que todavía hay que cambiar muchas miradas y muchas actitudes, es un mensaje importante y que tiene que seguir guiando nuestras vidas.

La conferencia inaugural de Martin Pinos fue una bocanada de aire fresco y de ilusión de buena mañana. ¡Qué importante es cuidarnos todos para poder dar lo mejor de nosotros mismos!

No voy a detenerme en las sesiones de trabajo para familias, hermanos y personas con síndrome de Down que tuvieron lugar las dos jornadas del Encuentro por las mañanas. Fueron como siempre fructíferas y nos aportaron nuevas ideas, nuevas emociones y nuevos caminos para recorrer. (Podéis ver resúmenes en la en la página web de Down España).

Como siempre una parte muy importante del Encuentro transcurre en los pasillos, en los halls de los hoteles, en las comidas y en las tardes libres. Esta es la verdadera y principal finalidad de los Encuentros y cada vez debemos enfocarlos más a conseguir ese objetivo. Que las familias, los hermanos, las personas con síndrome de Down hablen, comenten, compartan experiencias, se conozcan y vivan dos días de convivencia plena.

También el tiempo nos acompañó. Zaragoza nos acogió con unas temperaturas suaves para diciembre y eso nos permitió disfrutar de la ciudad y del entorno de los hoteles. (El paseo hacia el lugar de las comidas era muy agradable). Zaragoza estaba de bote en bote, llena a rebosar y nuestras familias disfrutaron del ambiente festivo de la ciudad.

Fue especialmente emotiva la misa que se celebró la tarde del último día en la basílica del Pilar. Tanto para creyentes como para no creyentes, ver leer a nuestros chicos las lecturas de la misa y oír las palabras cercanas e inclusivas del oficiante en  la homilía sermón, sonaban a nuevos espacios conquistados de normalización de las personas con síndrome de Down.

Es necesario, en este momento, agradecer a Up&Down, su implicación, su trabajo y su buen hacer en este Encuentro. La organización ha sido ágil, humana y muy cercana, para conseguir un muy buen Encuentro. También a todos los profesionales de Down España, que se han volcado en que todo saliera bien y funcionara perfectamente. Gracias.

La cena de Gala del domingo cerró el evento. Creo que nos ponemos guapos esa noche porque celebramos los dos días de convivencia y la alegría del trabajo bien hecho y del ocio compartido. Hasta la discoteca final que disfrutan los jóvenes y los que no lo son tanto, el Encuentro tiene ese significado de vivir la vida y disfrutar del momento y las circunstancias que nos son dadas y que son las nuestras: de vidas irrepetibles y únicas.

Para finalizar quiero invitaros a todos y sobre todo a las familias que nunca han participado en un Encuentro de los nuestros, que el año próximo se animen y acudan a Murcia, del 9 al 12 de octubre, para el 26º Encuentro de Familias de Down España.

Os aseguro que el aprendizaje y el conocimiento de nuevos temas, así como el disfrute de dos días están asegurados.

Esta vez el Encuentro de Familias fue en Zaragoza. Nos encontramos de nuevo, un año más, y ya es el 25. Este evento ya es un hecho consolidado y estructural.  El mayor acontecimiento de Down España, junto con el 21 de marzo, Día Mundial del Síndrome de Down.

Que alegría nos produce volver a ver a muchas familias que repiten año tras año y para las que el Encuentro es un hito importante en su vida. (Es de justicia remarcar que hay, al menos, una familia de Down España que ha acudido a todos los Encuentros). Pero este año también ha habido mucha asistencia de nuevas familias y sobre todo hemos visto muchos niños pequeños que nos recuerdan aquellos primeros Encuentros donde los que ahora ya son adultos con síndrome de Down, eran niños. Han crecido y se han hecho personas responsables y que ejercen sus derechos y sus deberes, como un ciudadano más.

El Encuentro es siempre un momento para recargar las pilas, para sentir que no estamos solos, que muchas más familias a nuestro alrededor y también en sus casas están en la misma lucha que nosotros por conseguir una mejor vida para nuestros hijos con síndrome de Down. Sentimos también que los hermanos, que forman parte de las familias, están ahí apoyando, con su vivencia diaria y realista de las personas con síndrome de Down, sus hermanos.

En el acto inaugural remarqué la importancia de las familias como motor de todos los cambios que se han producido en la mejora de la vida de nuestros hijos. No tengo ninguna duda de que nada se nos da, por parte de las administraciones o de la sociedad, si no lo demandamos, lo exigimos y lo luchamos hasta conseguirlo. Ese trabajo debe continuar en nuestras propias familias y de cara al exterior, reivindicando, hasta conseguirlo, aquello que creemos que es justo.

Creo que a todos nos impactó la letra de la jota final del espectáculo de la inauguración. Aparte de lo bello y emotivo del momento, el mensaje de que todavía hay que cambiar muchas miradas y muchas actitudes, es un mensaje importante y que tiene que seguir guiando nuestras vidas.

La conferencia inaugural de Martin Pinos fue una bocanada de aire fresco y de ilusión de buena mañana. ¡Qué importante es cuidarnos todos para poder dar lo mejor de nosotros mismos!

No voy a detenerme en las sesiones de trabajo para familias, hermanos y personas con síndrome de Down que tuvieron lugar las dos jornadas del Encuentro por las mañanas. Fueron como siempre fructíferas y nos aportaron nuevas ideas, nuevas emociones y nuevos caminos para recorrer. (Podéis ver resúmenes en la en la página web de Down España).

Como siempre una parte muy importante del Encuentro transcurre en los pasillos, en los halls de los hoteles, en las comidas y en las tardes libres. Esta es la verdadera y principal finalidad de los Encuentros y cada vez debemos enfocarlos más a conseguir ese objetivo. Que las familias, los hermanos, las personas con síndrome de Down hablen, comenten, compartan experiencias, se conozcan y vivan dos días de convivencia plena.

También el tiempo nos acompañó. Zaragoza nos acogió con unas temperaturas suaves para diciembre y eso nos permitió disfrutar de la ciudad y del entorno de los hoteles. (El paseo hacia el lugar de las comidas era muy agradable). Zaragoza estaba de bote en bote, llena a rebosar y nuestras familias disfrutaron del ambiente festivo de la ciudad.

Fue especialmente emotiva la misa que se celebró la tarde del último día en la basílica del Pilar. Tanto para creyentes como para no creyentes, ver leer a nuestros chicos las lecturas de la misa y oír las palabras cercanas e inclusivas del oficiante en  la homilía sermón, sonaban a nuevos espacios conquistados de normalización de las personas con síndrome de Down.

Es necesario, en este momento, agradecer a Up&Down, su implicación, su trabajo y su buen hacer en este Encuentro. La organización ha sido ágil, humana y muy cercana, para conseguir un muy buen Encuentro. También a todos los profesionales de Down España, que se han volcado en que todo saliera bien y funcionara perfectamente. Gracias.

La cena de Gala del domingo cerró el evento. Creo que nos ponemos guapos esa noche porque celebramos los dos días de convivencia y la alegría del trabajo bien hecho y del ocio compartido. Hasta la discoteca final que disfrutan los jóvenes y los que no lo son tanto, el Encuentro tiene ese significado de vivir la vida y disfrutar del momento y las circunstancias que nos son dadas y que son las nuestras: de vidas irrepetibles y únicas.

Para finalizar quiero invitaros a todos y sobre todo a las familias que nunca han participado en un Encuentro de los nuestros, que el año próximo se animen y acudan a Murcia, del 9 al 12 de octubre, para el 26º Encuentro de Familias de Down España.

Os aseguro que el aprendizaje y el conocimiento de nuevos temas, así como el disfrute de dos días están asegurados.

Un abrazo, Mateo San Segundo, presidente de DOWN ESPAÑA.