En DOWN ESPAÑA queremos ofrecer experiencias reales sobre educación inclusiva que puedan servir a padres y futuros padres de niños con síndrome de Down como ejemplo para a entender los beneficios de este modelo educativo y para responder a sus posibles dudas. En este caso, compartimos la visión de Lorena, una joven, cuya hermana con síndrome de Down, Sara, ha estudiado en un colegio ordinario.

«La educación inclusiva es un derecho que se debería respetar siempre»

He podido observar la importancia de que los niños crezcan con personas con ciertas diferencias o dificultades. Esto permite que les vean como algo tan normal como la situación que es y ayuda a que en el futuro estos mismos niños sean capaces de tratar con personas con discapacidad y permitirles adquirir un mayor nivel de tolerancia a la diversidad.

En mi situación personal, he visto que mi hermana aprendía mucho de los demás y cómo ella aportaba cosas buenas a estos niños, por lo que ambas partes se benefician y se complementan de muchas formas, de aquí la importancia de la inclusión. 

Actualmente al ser ya un poco mayor y al haberse cambiado de centro, he visto como algunos niños se preocupan por ella y por cuidarla y ella juega con sus compañeros de igual forma.

Es importante que con sus adaptaciones y su material, esté dentro de las clases como una más sin hacer distinciones. Esto suele ser un poco difícil de conseguir porque los centros no están totalmente preparados. Por ello, pediría una mayor formación de los profesionales en la educación en estos ámbitos para que sepan gestionarlo bien y un número mayor de recursos en los centros educativos.

Personalmente considero que, para mi hermana esta educación inclusiva ha tenido muchos beneficios para ella y para los que la han rodeado.