Noticia3 Sep 20122 minutos de lectura

Mauro Rodríguez, nadador con síndrome de Down, supera un nuevo reto

Mauro fue recibido por su familia y amigos en el arenal de O Vao.

Mauro fue recibido por su familia y amigos en el arenal de O Vao.

10 kilómetros en los que el nadador demostró que no existen barreras para las personas con discapacidad intelectual y que gracias al esfuerzo continuo se puede cumplir cualquier sueño.

Su padre, Quico Rodríguez, fue el primero en recibir a Mauro, a quien abrazó, aún mojado, al llegar a meta. «Es la recompensa a dos meses de gran esfuerzo y duros entrenamientos, nadando cada día entre cinco y seis kilómetros en el mar. Ha sido muy emocionante para todos nosotros», destacó con ilusión. Y es que Quico sabe algo de esfuerzo y afán de superación. No en vano, fue jugador del primer equipo del celta de Vigo hace cuatro décadas.

A pesar de la confianza que todos tenían en las capacuidades de Mauro, las condiciones del mar, con fuerte oleaje y corrientes, y el viento que dominó la jornada, aumentaron la dificultad del reto a superar, por lo que el optimismo no era el idóneo. Una tendencia que el propio Mauro se encargó de revertir cuando, antes de lanzarse, afirmó con rotundidad que alcanzaría la meta.

El tiempo en el que se completó la distancia era lo de menos, ya que no es una prueba de carácter competitivo, sino que se trata de un desafío para poner a prueba la resistencia y la voluntad de los participantes. Marcos completó la distancia en cuatro horas y media.

El resto de participantes mostraron su admiración por Mauro.

El resto de participantes mostraron su admiración por Mauro.

Las bocinas de los barcos que siguieron el recorrido se encargaron de animar sus últimos metros hasta su llegada a O Vao, donde el nadador fue recibido entre gritos y aplausos por cientos de personas, incluidos los demás bañistas, que gritaban su nombre. «Consiguieron emocionarle e incluso lloró cuando se abrazó a su madre. Para todos nosotros esta gesta es algo impresionante, una heroicidad sin precedentes», indicaba orgulloso su padre, que confía en que la hazaña sirva para «eliminar barreras» y un ejemplo «para animar a otras personas a esforzarse para conseguir sus metas».

No es la primera vez que este nadador rompe barreras en el deporte. Ya en 2011 fue la primera persona con síndrome de Down en completar la Travesía a nado de la Ría de Vigo.

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