Adriana, ante todo mi enhorabuena por haber sido madre nuevamente. Pero por tus comentarios me queda la duda de si realmente has tenido un hijo sano, tal como te han dicho las primeras exploraciones o si tienes en casa todo un catálogo de enfermedades.
Lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte y retomar tu vida normal con una joya más en casa. Ciertamente, como recién nacido, es una persona frágil a la que hay que cuidar mucho, pero debéis disfrutar de él, y él de vosotros.
Formulas varias preguntas. Yo empiezo por atrás, «no sé por donde empezar…» Te respondo: sin saber donde resides, te recomiendo que empiece sus controles un pediatra para que siga las indicaciones del «Programa de salud para las personas con síndrome de Down», sea la versión española, la iberoamericana o la vuestra local. Ahí está todo lo que hay que hacer con tu pequeño.
Por otro lado dos recomendaciones:
1). Busca una asociación de familias de personas con síndrome de Down en tu localidad, o próxima, en donde puedas compartir y preguntar a quienes ya son expertos por haber pasado antes por donde tú estás pasando
2), Que empiece ya un programa personalizado de Atención Temprana.
Con esto ya te olvidas de buscar remedios a problemas que quizás no existen en tu hijo. Recuerda que tu hijo todavía no está diagnosticado de enfermedades a las que haya que buscar tratamientos.
Dos cosas más para finalizar, de momento:
– por un lado, sí que hay características especiales en las vías respiratorias, ante todo inducidas por la hipotonía
– sí que hay un cierto riesgo de transmisión de virus por contacto directo con otros niños u otras personas.
Sobre lo primero, si no surjen problemas, no tiene sentido ir a buscarlos, esto es que puede traer más problemas ir a ver cómo son sus vías respiratorias sin haber presentado problemas, que dejar a tu hijo en paz.
Con respecto a lo segundo, ni se te ocurra encerrarlo en una burbuja para sobreprotegerlo. Procura no tratarlo como un síndrome y trátalo como tratarías a tu segundo hijo si hubiera nacido sin síndrome de Down. Eso sí, con seguimiento por parte del pediatra.
Pierde el miedo. Es tu hijo, no un enfermo.
Un saludo.
José María Borrel